jueves, 31 de agosto de 2017

Historia de la Batalla de Talavera en la Guerra de la Independencia (I)

ANTES DE LA BATALLAPINTURA QUE RECREA LA BATALLA DE TALAVERA

¡ QUÉ HERMOSA OCASIÓN PERDIDA !

Con esta frase se quejaba Napoleón de la derrota de sus ejércitos en Talavera a finales de Julio de 1809. Se cumplen en estos días por tanto el aniversario.

Los ingleses habían desembarcado en Portugal y habían iniciado una campaña conjunta con el ejército español contra los franceses, sobre todo por su propio interés estratégico en la guerra europea.

Desde Portugal habían entrado los británicos en el territorio español al mando de su prestigioso general Arthur Wellesley, más tarde vizconde de Talavera y lord Wellington.



Habían avanzado hasta Plasencia y según el plan trazado, el ejército español de Extremadura, al mando del sexagenario general Gregorio García de la Cuesta, debía unirse al inglés para iniciar el avance hacia Madrid. 

Las tropas francesas al mando del mariscal Víctor, el general Sebastián y el propio José Bonaparte se disponen en arco para defender Madrid del avance aliado por el sudoeste, mientras las tropas de Soult, más al norte, intentan proteger Castilla del avance de los ejércitos británico y portugués situados frente a Ciudad Rodrigo.

RETRATO DEL GENERAL CUESTA

En el pueblecito de Casas de Miravete se encuentran por primera vez Cuesta y Wellesley en una escena novelesca. La delegación inglesa se pierde de noche y los españoles deben esperar a sus aliados en formación a la luz de las antorchas durante cuatro horas, con el consiguiente sufrimiento de Cuesta, que soporta impávido el dolor de la herida recibida en Medellín y que a veces hace incluso necesario llevarle en una silla de mano. 

En la entrevista entre los dos generales aliados deben utilizar a un oficial español de origen irlandés como intérprete porque Cuesta se niega a utilizar el francés, idioma del invasor que ambos militares conocen. Para colmo, les dan a los británicos un alojamiento en las pobres chozas de Miravete agasajándoles con una especiada cena española que los ingleses no están habituados a comer.

RETRATO DE LORD WELLINGTON , VIZCONDE DE TALAVERA

Ambos ejércitos tienen problemas de abastecimiento de víveres en unas tierras ya esquilmadas por la guerra y el saqueo francés. También sufren la falta de medios de transporte, lo que les servirá a los ingleses, entre otros argumentos, para poner excusas a su inacción y crear una leyenda negra en torno a Cuesta y al ejército español que, por otra parte, se encontraba formado por restos de regimientos casi destruidos en las primeras batallas contra el ejército de Napoleón y por nuevos reclutas poco adiestrados y mal equipados, incluso sin calzado. Mantenía además el ejército español una estructura militar algo anticuada, aplicando las viejas tácticas prusianas, aunque introduciendo por observación de los propios franceses en el campo de batalla algunos nuevos métodos en su acción guerrera. Había por otra parte una gran escasez de oficiales formados y con experiencia que pudieran instruir a las tropas.

Eran en definitiva un montón de campesinos mal adiestrados aunque con ganas de batirse, formando un ejército dividido en unidades de lo más heterogéneo. Pero los medios que se tenían eran los que eran y con ellos había de acometerse la lucha contra los ejércitos franceses, expertos y fogueados en la conquista de media Europa y con un equipamiento y un adiestramiento muy superior al de los batallones españoles, maltrechos ante la resistencia al invasor. El ejército español que habría de enfrentarse en Talavera a los franceses contaba con unos 20.000 soldados de infantería, 3.000 de caballería y 30 cañones. El británico estaba formado por unos 17.000 infantes, más de 3000 jinetes y 25 cañones. Con él luchaban tropas portuguesas y alemanas de Hannover, de donde provenía la familia real inglesa. Los franceses tenían 37.000 soldados, 7500 jinetes y más de 100 cañones.

ESTANDARTE DE UN REGIMIENTO ESCOCÉS CON EL NOMBRE DE TALAVERA EN LA CATEDRAL DE GLASGOW

En Miravete deciden Cuesta y Wellington remontar el Tajo y enfrentarse a Víctor en Talavera, para así abrir paso hacia Madrid, mientras parte del ejército inglés avanzaría por el piedemonte de Gredos para envolver a los franceses por el norte.

Los ingleses comienzan su avance desde Plasencia y las tropas españolas cruzan el Tajo por el Puente del Arzobispo. Los dos ejércitos aliados se encuentran en Calzada de Oropesa el 21 de Julio de 1809. El día 22 acampan en los llanos de Velada y Gamonal e incluso la vanguardia española tiene una escaramuza con las tropas francesas en El Casar de Talavera.

El día 22 los franceses se retiran a través de las calles de Talavera y podemos imaginar a sus miles de soldados pasando por la Puerta de Cuartos, San Andrés, calle Cerería, la Corredera, plaza del Reloj y calle del Sol, cruzando el casco urbano semiabandonado por sus habitantes y quemando mientras tanto “sus casas principales, sus conventos y los campos de trigo” como relata el alférez inglés Aitchinson.

Para los franceses, la presencia de los soldados ingleses y españoles es realmente una sorpresa, pues sus informaciones situaban al ejército español todavía en la zona de Almaraz y a los soldados británicos en Plasencia, por lo que cunde la alarma en su Estado Mayor de Madrid.

ZONA DE LA PORTIÑA DONDE SE DESARROLLÓ LA BATALLA DE TALAVERA ANTES DE HACER LA PRESA

Para reforzar a sus tropas ordenan al general Sebastiani, cuya misión era retener a las tropas del general español Ve n e g a s cerca de Toledo, que baje Tajo abajo a incrementar las tropas francesas en Talavera. Pero, aunque hay un intento de las tropas inglesas y las españolas para romper las líneas francesas, finalmente el ejército aliado se queda en la franja de la vega comprendida entre Talavera y el Alberche, con la intención de vadearlo y atacar a los franceses al día siguiente.

Pero el río, que por las lluvias recientes va inusualmente caudaloso para ser el mes de Julio, hace que, al no ser operativo el puente del Alberche por ser estrecho y de tablas que no soportarían el peso de soldados y cañones, se busquen vados alternativos aguas arriba para atacar así al ejército napoleónico.

Sin embargo, al amanecer del día 23 ya se han marchado los franceses y los ingleses se niegan a perseguirlos aduciendo falta de abastecimientos. Esto es sólo una excusa, pues es el armisticio de Znaim con el consiguiente abandono de la guerra por Austria el motivo de que lord Wellington no se entregue a las operaciones pactadas en Casas de Miravete. Además, los ingleses estaban conspirando con la ayuda de algunos militares españoles para poner a Wellesley al mando del ejército en lugar de a Cuesta y no era bueno para sus planes que el general español pudiera tener un buen papel en una acción contra el enemigo. 

Los franceses se retiraron a través de la Puebla de Montalbán hacia Toledo, pero Cuesta creyó que iban en dirección a Madrid. Cuando se dio cuenta, ya era tarde y los franceses volvieron sobre sus pasos con dos cuerpos de ejército en dirección a Talavera, sorprendiendo desprevenidas a algunas tropas españolas que iban separadas del grueso de sus fuerzas. Como eran muy inferiores en número y el terreno de Alcabón muy llano, los españoles deciden retirarse protegidos por dos regimientos de dragones que se sacrifican para salvar al resto de las tropas, ocasionándose además un mayor número de bajas por la dificultad de paso que producen las espinosas cambroneras de las lindes, cayendo en la acción unos trescientos o cuatrocientos jinetes españoles. 

Cuesta consigue replegarse hasta el Alberche y lo cruza al amanecer del día siguiente. También tuvieron una desagradable sorpresa las tropas inglesas cuando, sin haber finalizado todavía el paso del río de las fuerzas españolas, los franceses, ante la falta de vigilancia de las orillas del Alberche, lo vadearon con el agua al pecho y sorprendieron a los ingleses, que se vieron obligados a retirarse. Incluso el mismo Wellington tiene que huir de la Casa de Salinas con las balas silbándole al oído, dejando incluso el catalejo que le servía para observar al enemigo.

http://lamejortierradecastilla.com/historia-cortita-de-la-batalla-de-talavera-1-de-2/

miércoles, 30 de agosto de 2017

Excursión en busca de los dioses vettones Ataecina y Vaélico

Embalse de Riocuevas en Arenas de San Pedro

Vamos a hacer una nueva excursión en Gredos que consta de dos partes. La primera de ella es la llamada ruta Triana del Lancharón y es una de las señalizadas por el ayuntamiento de Arenas de San Pedro.

Tomaremos la carretera de Guisando y a unos trescientos metros del cruce sale una carretera estrecha a la derecha que lleva al muro de la presa de abastecimiento del río Cuevas.

Pero no la tomaremos todavía pues a la entrada se encuentra un panel informativo de una ruta llamada del Lancharón que vamos a recorrer subiendo por la carretera de Guisando hasta el primer poste indicador que nos muestra al lado izquierdo de la vía una pista que sube y que nos llevará en una primera subida empinada hasta dar una vuelta al cerro cubierto de pinos y robles con magníficas vistas que se denomina El Lancharón.



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El que lo desee puede prolongar la ruta unos dos kilómetros llegando hasta dar vista al valle donde se sitúa Guisando cerca del collado de la divisoria.

Volveremos después sobre nuestros pasos bajando casi a donde hemos iniciado nuestro paseo, pero antes hay una pequeña entrada junto al muro de la presa antes referida.Camino de ascenso al Lancharón

Vamos a dar la vuelta al camino de servicio del pequeño embalse en un paseo muy agradable junto a las aguas. 

Y casi en el reculaje encontramos sobre una roca una escultura metálica que representa a los dioses célticos vettones venerados en la comarca hace 2000 años Ataecina y Endovélico o Vaélico.

La escultura del autor salmantino Fernando Sánchez Banco, estuvo situada en principio en la plaza del ayuntamiento pero mentes cocejiles un anto mojigatas consideraron que era su representación demasiado erótica y se la llevaron a este retirado paraje.Escultura a los dioses Vaélico y Ataecina de Fernando Sánchez Banco

Vamos a saber algo de estos dioses acuáticos:

Algunas deidades vettonas estaban relacionadas con el agua como es el caso del culto al dios Vaélico que dejó algunas aras votivas en el entorno del castro de El Raso y la desembocadura de la garganta de Alardos en el Tiétar.

Ya en época romana aunque probablemente sea una deidad de origen anterior también se han encontrado inscripciones en las estelas halladas en la misma Talavera a una diosa también relacionada con las aguas que es la diosa Ataecina, que para algunos eruditos también se relacionaba con los vados de los ríos y con los caminos y cañadas ganaderas.

Es además la diosa del renacer, de la primavera y de la fertilidad, de la naturaleza y también de la curación, tiene relación con cultos lunares y está también relacionada con la noche. Los romanos la identificaron con Proserpina, diosa también de los campos que volvía en primavera desde los infiernos para darles fertilidad. Su hija era Ceres la tan venerada en Talavera en la antigüedad con la fiesta de las Mondas.Ara dedicada al dios Vaélico, relacionado con ritos acuáticos. Hallada en Candelda

Tiene así mismo la diosa Ataecina una componente como deidad o ninfa protectora de las aguas mineromedicinales, lo que entronca con su carácter de dispensadora de la salud y la fecundidad humana y de los campos. Es por ello que su culto se realizaba en altares o aras ubicados en las cercanías de estas surgencias de aguas que eran consideradas como poseedoras de especiales virtudes, aunque su santuario principal se situara en la lejana ciudad bética de Turóbriga, y aunque el mayor número (unas cincuenta) de las dedicatorias a esta diosa céltica, es en los muros, suelos y alrededores inmediatos de la ermita visigoda de Santa Lucía del Trampal ( palabra que significativamente quiere decir zona encharcada), cercana a la localidad cacereña de Alcuéscar, y levantada en el mismo lugar donde existió un antiguo santuario dedicado a la Dea Sancta Adaegina.

La nuestra “Señora”, “La Santa Señora” o “La Santa Diosa”, unos epítetos muy poco frecuentes que también se dan en el dios Endovéllico o Vaélico y demuestran su importancia religiosa. Es representada con diferentes atributos, destacando la paloma blanca, la palma o el ciprés, la vid y sobre todo la cabra, de la que se han encontrado en sus lugares de culto exvotos representándola. Además de invocarla para pedir una curación también se hacía para maldecir a alguien, y el resultado podía ser desde pequeñas aflicciones del maldito hasta su muerte.

Para algunos puede que la diosa que fenicios y cartagineses llamaban Astarté y Tanit, reflejadas en la Dama de Baza y la Dama de Elche, fueran otras iconografías de esta divinidad. Coincidió en algún lugar de Extremadura que los cristianos mantuvieron su culto bajo la advocación de Santa Eulalia.

En la propia Talavera hay una dedicatoria a esa diosa que dice: “A Ataecina, Flavio, hijo de preso le cumplió un voto con libre ánimo” . También en Caleruela hay otra muy curiosa en la que un soldado llamado Baso, hijo de Ioubeo, “caballero del ala vetona” del ejército romano “puso un ara en cumplimiento de un voto con libre ánimo”

http://lamejortierradecastilla.com/excursion-en-busca-de-los-dioses-vettones-ataecina-y-vaelico/

lunes, 28 de agosto de 2017

Toledo: Cada página, un prodigio

Toledo es, realmente, un museo nacional inapreciable; un libro abierto a la admiración universal, y en el que cada página es un prodigio...



Sólo se emplean tres horas escasa en el viaje desde Madrid. Los trenes marchan a paso de carreta, es verdad, pero la combinación de sus horas de salida y llegada es bastante cómoda. Se puede abandonar la corte el sábado, concluida la diaria faena, a las seis menos cinco de la tarde, se está en Toledo poco después de las ocho y media, en sazón oportuna aún para comer, y con tiempo sobrado para descansar, y si se madruga un poco el domingo se dispone de bastantes horas, pues el tren de regreso no sale hasta las cuatro y media.

Las excursiones a Toledo. Artículo publicado en el diario La Época, de Madrid (18 de mayo de 1894)











sábado, 26 de agosto de 2017

El agua en Talavera, Fuentes, arroyos, pozos y Ninfas


Arroyo de Papacochinos con dos puentecillos en un dibujp del siglo XVIII



Talavera fue también conocida en la antigüedad como Aquis, palabra que según algunos hacía alusión a la abundancia de agua corriente en su entorno.

Son muchos los arroyos de nombre sonoro que cruzan su territorio: el Bárrago, el Papacochinos, Berrenchín, Baladiez, y sobre todo La Portiña, en cuya confluencia con el Tajo se alojó muy probablemente el primer caserío céltico y núcleo de origen de nuestra ciudad. El Alberche confluye también con el Tajo en nuestro entorno y el relativamente fácil vado del gran río a su paso por nuestra vega condicionó históricamente la importancia de Talavera como nudo de comunicaciones.

Las fuentes no eran tampoco escasas en nuestra ciudad y sus cercanías y así la fuente de la finca de Bencachón aparece en referencias de don Julio Caro Baroja como curioso ejemplo de culto antiquísimo, cuando alude a que nuestros paisanos se encomendaban todavía en el siglo XVI a esa fuente cuando les asustaban las tormentas.

Hubo baños romanos y medievales en Talavera que quedaron en el callejero

Otra fuente con un halo de magia es la que se conocía como fuente de la Peñuela. Se encontraba en la calle del Sol y según algunas tradiciones fue el lugar donde se apareció por primera vez la Virgen del Prado.

La fuente de los Caños y su lavadero tradicional, lamentablemente desaparecido, fue lugar donde se acudía a lavar la ropa y tenderla sobre sus juncales, aunque la principal zona de lavadero, alegrado siempre con la algarabía de las talaveranas, fue la ribera de la Portiña a su paso por el casco urbano, desde la zona de San Miguel hasta la desembocadura.Estela romana dedicada a las ninfas en un dibujo del siglo XVIII de una historia de Talavera

Otra curiosa tradición sobre las fuentes dice que en el Prado del Arca había junto a la fuente del Caballo un edificio morisco que había sido el palacio del gobernador militar árabe de Talavera Jazmín Hiaya, el mismo que aparece en las leyendas del Caballero Cornudo y de Aixa Galiana de capítulos anteriores. 

Desde esta misma fuente de la dehesa del Caballo se intentan ya en 1537 traer aguas a Talavera, concretamente hasta otras tres fuentes situadas en la plaza del Pan, la del Reloj y la Corredera.Torre de Nazar, donde había instalada una rueda similar a la albolafia de Córdoba

En las inscripciones de época romana encontradas en la ciudad se han hallado varias referencias a las ninfas, las diosas de las fuentes. En la época musulmana había una torre de la muralla llamada de Nazar que parece sirvió para sostener una rueda de arcaduces similar a la de la albolafia en Córdoba. Habría servido para subir las aguas del Tajo a la ciudad y más tarde la utilizarían los jerónimos para regar su huerta.Albolafia de Córdoba en el Guadalquivir

También es curiosa la llamada fuente de Tetuán en el siglo XIX. Se encontraba junto al alcázar y puede que de alguna forma condicionara la instalación precisamente en ese lugar de la alcazaba talaverana. 

También es curiosa la puerta que da a la barbacana junto al río y que es muy similar ala que desde el alcázar de Mérida daba acceso al Guadiana.

También en época musulmana se extendían por toda la vega numerosas norias dispuestas para regar las huertas. 

Pero Talavera no sólo tuvo aguas en superficie, sino que al hallarse en la amplia vega del Tajo, el subsuelo siempre ha sido rico en agua, por lo que uno de los elementos constantes en la arquitectura popular ha sido el pozo que abastecía a las casas, muchas veces situado en el centro del patio alrededor del que giraba la distribución de las dependencias, con clara influencia de la tradición constructiva árabe.

Pozodel patio dl palacio de la plazuela del Salvador en dibujo de Enrique Reaño

Se han hallado por toda la villa viejas tuberías de cerámica machihembradas de unos cincuenta centímetros de longitud y ocho o diez de ancho conocidos como atanores y que formaban las viejas conducciones romanas o medievales por las que circulaba el agua, ya desde que Talavera era la antigua Caesaróbriga. 

Así mismo, muchos de los túneles que se creían pasadizos subterráneos no son otra cosa que los desagües y tarjeas de la ciudad romana.Atanores, tuberías antiguas y medievales hallada en excavaciones

A mediados del siglo XIX se comienzan a instalar fuentes públicas en la ciudad, que al principio estaban relacionadas con las fuentes de la zona de las Cambijas. El 23 de Enero de 1868 el empresario Piñeiro y el ingeniero José Canalejas hicieron la obra que traería el agua potable por primera vez a Talavera desde la finca de Valdefuentes. 

Un periodista venido al efecto desde Madrid describe las “colgaduras que cubrían las puertas, ventanas y balcones, los arcos de follaje y los templetes de lo mismo, las banderas flámulas y gallardetes, las salvas y los gritos de alegría y plácemes de satisfacción” que rodearon al evento. 

Hubo comilona para las autoridades servida por el restaurador madrileño de Los Leones de Oro, y bailes en el Liceo, al que acudía el pueblo, y en el casino y la sociedad El Fomento de las Artes para las clases acomodadas.Celebración de traída de aguas de 1869

Pero curiosamente esta celebración quedó empañada porque un “incidente extraño a la tramitación de este asunto” se suspendieron las obras por más que se acudió al ministerio de Fomento y en realidad ese día no hubo nada que celebrar, aunque las obras se acabarían más tarde.Toro enmaromado para celebrar la traída de aguas en 1947

En 1947 se inaugura la traída de aguas desde el embalse de a Portiña con gran alborozo popular, fiestas y corridas de toros.

http://lamejortierradecastilla.com/el-agua-en-talavera-fuentes-arroyos-pozos-y-ninfas/

viernes, 25 de agosto de 2017

El Código de Eurico

EL CÓDIGO DE EURICO

El Código de Eurico fue un gran paso en el desplazamiento del derecho consuetudinario por el derecho legal. Se denomina Código de Eurico a una serie de capítulos, algunos solo fragmentarios, contenidos en un palimpsesto (texto escrito debajo del texto, de De Viris Ilustribus de San Jerónimo) que se conserva en la Biblioteca Nacional de París, cuya paternidad se asigna a Eurico a partir de las referencias de Sidonio Apolinar y de san Isidro que lo consideran el primer legislador visigodo.

Dicho palimpsesto contiene sólo de modo fragmentario del Código euriciano únicamente unas 56 leyes, la última de las cuales es la 336. Tratan del Derecho Privado y del Penal, sobre todo del primero: contratos de compraventa, donación, préstamo, depósito, permuta, sucesiones y derecho de familia.

Se trata de un texto de inspiración romanista perteneciente a la época del derecho romano vulgar que debió promulgarse alrededor del año 476. No fue elaborado por una Asamblea popular germánica y se ha atribuido a otros diferentes autores. San Isidro de Sevilla, en “Historia de los reyes godos”, parece atribuirlo a este monarca ayudado por redactores juristas romanos.



Teorías:

Su texto revela una fuerte inspiración romanista vulgar con principios de clara persistencia germanista y algunos canónicos, pero fundamentalmente se presenta, según D’Ors, como un monumento del Derecho Romano Vulgar. Conocemos este texto a través de las ediciones de Zeumer (1894) y de Alvaro D’Ors (1960). Destaca por ser el primer Código del Occidente europeo, y según Von Schwerin representa el lazo de unión entre el Derecho de la Antigüedad y el de la Edad Media.

Finalmente, Torres López, Sánchez- Albornoz, Levy, Schmidt, sin negar la influencia romano-vulgar, aprecian elementos germánicos presentes y concatenados de forma ineludible en el contenido del Código de Eurico.

El rey visigodo Eurico reinó desde el 466 al 484.

http://cristinaciulei.blogspot.com.es/2011/12/los-textos-juridicos-del-derecho.html

jueves, 24 de agosto de 2017

La cerámica en los regadios del Alberche

Portada de un folleto sobre los regadíos del Alberche con dibujos alegóricos de Ruiz de Luna


Los canales del Alberche y, los “pueblos nuevos” y las instalaciones agropecuarias asociadas a los regadíos fueron en muchas ocasiones decorados con cerámica talaverana, especialmente del taller de Ruiz de Luna hijo que en los años cincuenta todavía hicieron algunos trabajos para el Instituto de Colonización.




Flor del Tabaco en un azulejo de repetición del Centro del Tabaco de Colonización


Tanto en los mojones de indicación de las acequias como en los secaderos se utilizó la azulejería talaverana, al igual que en algunas de las factorías asociadas como las dependencias dedicadas al tabaco, hoy delegación de la Consejería de Agricultura.Recolectora de Tabaco

Recolector de Tabaco

En la delegación de la Confederación Hidrográfica del Tajo hay una sala de juntas decorada con bonita azulejería de Ruiz de Luna y algunas iglesias de los pueblos de Colonización también tienen paneles de azulejos con escenas de santos.


Símbolo del ministerio de Obras Públicas en azulejería



Rótulo de un secadero en cerámica de Ruiz de LunaMojón indicador de acequia con cerámica de Ruiz de Luna


Rótulo de calle en Talavera la NuevaAzulejería de la iglesia de bernuy


http://lamejortierradecastilla.com/la-ceramica-en-los-regadios-del-alberche/

miércoles, 23 de agosto de 2017

Los Partidos Judiciales en Toledo el Siglo XIX : Lillo

1834. EL PARTIDO JUDICIAL DE LILLO.

La división de España en provincias se realizó en el año 1833. El año siguiente de 1834 se crearon los partidos judiciales por Real Decreto de 24 de abril, siendo su artífice el ministro Francisco Javier de Burgos.

En la provincia de Toledo había 212 pueblos que se distribuyeron en 12 partidos judiciales con sede en Escalona, Illescas, Lillo, Madridejos, Navahermosa, Ocaña, Orgaz, Puente del Arzobispo, Quintanar de la Orden, Talavera de la Reina, Toledo y Torrijos.

El partido judicial de Lillo desapareció en los años 60 del siglo XX, cuando fué suprimido, pasando Villacañas y El Romeral a pertenecer al partido judicial de Quintanar de la Orden y el resto de pueblos al partido judicial de Ocaña, excepto Turleque que muchos años antes se había agregado al partido judicial de Madridejos.



En el siguiente cuadro podemos ver los vecinos que tenia cada uno de los partidos judiciales de la provincia de Toledo en el momento de su creación.

Antes de continuar es necesario hacer una observación, en aquella época no todos los habitantes (almas) tenían la condición de vecino. En aquel momento en la provincia de Toledo por cada vecino había 3,7 habitantes y en el partido judicial de Lillo la proporción era de 4 habitantes por cada vecino.

El partido judicial de Lillo era el séptimo más poblado de la provincia y el penúltimo en cuanto al número de pueblos que lo componían.

En cuanto a la población de los siete pueblos que componían el partido judicial de Lillo el ECO DEL COMERCIO de 22 de junio de 1834 nos dio los datos de población de cada uno de estos pueblos (con una pequeña diferencia con respecto a los datos anteriores).

1. Villacañas: 1.373 vecinos (5.492 habitantes aproximadamente). (Padrón de 2016: 9.935)

2. La Guardia: 1.100 vecinos (4.400 habitantes aproximadamente). (Padrón de 2016: 2.286).

3. Tembleque: 990 vecinos (3.960 habitantes aproximadamente). (Padrón de 2016: 2.091)

4. Lillo: 900 vecinos (3.600 habitantes aproximadamente). (Padrón de 2016: 2.754)

5. Villatobas: 523 vecinos (2.092 habitantes aproximadamente). (Padrón de 2016: 2.433)

6. Turleque: 430 vecinos (1.720 habitantes aproximadamente). (Padrón de 2016: 813).

7. Romeral: 390 vecinos (1.560 habitantes aproximadamente). (Padrón de 2016: 641).

Como podemos ver los únicos pueblos que han aumentado su población son Villacañas y Villatobas y el resto han perdido población.

11.02.2017 22:33

martes, 22 de agosto de 2017

Los Hornos de Cal de Montesclaros

HORNOS DE CAL DE MONTESCLAROS, PATRIMONIO COMARCAL EN PELIGRO 

Horno de cal de Montesclaros y casilla de los caleros

FICHA DE BIEN EN PELIGRO

Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo

Denominación.-
Caleros de Montesclaros

Término Municipal.-
Montesclaros

Situación.-
En torno al camino que se dirige hacia el sur desde Montesclaros para darles servicio. Parte de la ermita de San SebastiánVetas calizas del terreno cercano a los caleros y piedra caliza extraída para el horno

Categoría.-
Bienes inmuebles de interés etnográfico

Descripción del Bien.-



Los hornos de cal o caleros tienen la estructura de pozos elevados sobre el terreno de hasta cinco metros de profundidad con una anchura máxima también de unos cinco metros y que se construían con mampostería granítica unida con barro. 

Por una pequeña abertura inferior, la boca de dar fuego, se cargaba de leña fina de jara o retama, la llamada” hornija“.

En la parte inferior del horno, un saliente del muro en forma de repisa servirá para “encañar” la piedra caliza, es decir colocarla en forma más o menos abovedada para que pueda absorber bien el calor de la hornija.

La piedra se obtenía con picos y almadanas de las vetas cercanas, cuya explotación da al entorno un curioso aspecto.

La cal cargada en caballerías se llevaba a toda la comarca de Talavera y Gredos para “enjalbegar” o blanquear las paredes, ya sea con finalidad estética, o higiénica pues, por ejemplo, después de la muerte de algún familiar también se blanqueaban al menos las habitaciones que había ocupado, y además para dar claridad a las pequeñas puertas y ventanas o, por el contrario, para repeler de los muros la fuerte insolación de nuestro clima. También se hacía con ella la argamasa que se utilizaba en la construcción, antes de la generalización del cemento.

Hasta veinte de estos hornos podemos observar en el camino, cada uno con su nombre propio: Carlos Chato, Campana Gorda, Cosa Mala y otros sugerentes apelativos que recuerdan el tiempo en que la actividad de aprovechamiento de la cal era un componente fundamental de la economía de las gentes de Montesclaros.

Se da la circunstancia que las canteras de mármol situadas en su entorno fueron utilizadas entre otras para esculpir las imágenes de las Fuentes de Cibeles y Neptuno en Madrid 
Frontal de un horno calero con la boca de dar fuego en medio y dos alacenillas laterales

Cronología principal.-
Indeterminada

Protección legal.-
La genérica de la normativa autonómica y estatal para este tipo de elementos

Propietario.-
Diferentes propietarios privados

Valoración del Bien.-
Valor histórico y etnográfico

Principales riesgos apreciados.-
Deterioro por encontrarse a la intemperie sin utilización ni mantenimiento

Bibliografía de referencia.-
Rodríguez Albarrán, E. Montesclaros, cinco siglos de vida. Toledo 1983
Rodríguez Albarrán, E. La Cibeles y Neptuno llegaron de Montesclaros. Toledo, 1986
Méndez-Cabeza Fuentes, M. 115 Excursiones desde Talavera. Talavera 2012Otro de los hornos caleros de Monesclaros en su entorno de dehesa

http://lamejortierradecastilla.com/conjunto-de-hornos-de-cal-de-montesclaros-patrimonio-comarcal-en-peligro-4/

lunes, 21 de agosto de 2017

1915: Accidente regio camino de «La Ventosilla»

ESBOZOS PARA UNA CRÓNICA NEGRA DE ANTAÑO (IV)

En un tramo de carretera entre Escalonilla y La Puebla de Montalbán, el vehículo conducido por Alfonso XIII, al alcanzar a un campesino que caminaba muy despacio a lomos de un borriquillo, provocó que el animal se espantase, cayendo su jinete de bruces contra un montón de grava, causándole algunas lesiones en la cara

Palacio de «La Ventosilla», en Polán, uno de los cazaderos más reconocidos de la provincia de Toledo (Colección de postales del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, UCLM)



«La Ventosilla» aún conserva sus antiguos jardines diseñados a finales del siglo XIX por un paisajista francés (Colección de postales del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, UCLM)

ENRIQUE SÁNCHEZ LUBIÁN - @eslubian Toledo24/10/2016 19:10h -

Desde tiempo inmemorial la caza ha sido una de las prácticas ociosas más conocidas de los monarcas españoles. A ella se sumó luego la pasión por el automovilismo. En la provincia de Toledo hay singulares cazaderos donde nobleza y realeza han prodigado sus aficiones. 

Uno de ellos es la dehesa de «La Ventosilla», en la localidad de Polán. En noviembre de 1915, en los prolegómenos de una de aquellas singulares cacerías, Alfonso XIII protagonizó un doloso accidente de tráfico, cuando conducía su vehículo, que a punto estuvo de costarle la vida a un viejo labrador que caminaba por la carretera a lomos de un borriquillo.

Afectada por los procesos desamortizadores del siglo XIX, «La Ventosilla», que desde la Edad Media había pertenecido a los arzobispos toledanos, fue subastada en 1855 con un tipo de salida de 1.230.422 maravedíes. Así pasó a manos privadas. En 1889, en la publicación quincenal ilustrada «Toledo» se indicaba que su propiedad pertenecía a los señores Murrieta, opulentos banqueros españoles residentes en Londres, poniéndose en valor su importancia cinegética, señalándose que en ella «una buena escopeta no necesita hacer muchas habilidades para matar en un día veinte liebres y otras tantas perdices».El rey Alfonso XIII con un grupo de nobles asistentes a una cacería en la finca toledana (Foto recogida en el blog «Torrijos y su comarca» de Juan Antonio Morales


Al comenzar el siglo XX, la «Ventosilla», propiedad ya del duque de Santoña, acogió numerosas jornadas de caza protagonizadas por Alfonso XIII. En una de ellas se centra esta nueva entrega de los esbozos para una crónica negra de antaño.

A primeras horas de la mañana del 4 de noviembre de 1915 las autoridades civiles y militares de la ciudad de Toledo, acompañados de numerosos vecinos que eran contenidos por parejas de la guardia civil, esperaban ansiosos en las cercanías de la Puerta de Bisagra el paso de la comitiva automovilística que conducía al rey y su esposa hacia la finca de «La Ventosilla». Lo que se presumía como otro día más de feliz asueto para el monarca y su séquito, pudo tornarse en tragedia que empañase su imagen de afamado conductor

En un tramo de carretera entre Escalonilla y La Puebla de Montalbán, el vehículo conducido por Alfonso XIII, al alcanzar a un campesino que caminaba muy despacio a lomos de un borriquillo, provocó que el animal se espantase, cayendo su jinete de bruces contra un montón de grava, causándole algunas lesiones en la cara. Ni que decir tiene que en las crónicas de la época no hubo ni una sola línea que pudiera insinuar, siquiera, posibles responsabilidades del monarca en el suceso, sino todo lo contrario:

«Don Alfonso -se publicaba en «El Eco Toledano»- , al darse cuenta del accidente, paró el coche, descendió de él de un brinco y se apresuró a levantar al viejecito. Con su pañuelo procuró contener la sangre que emanaba en abundancia de las heridas causadas en la frente; le hizo subir en el automóvil que ocupaba también la reina y en él le condujo a un caserío próximo.

Allí quedó el viejo agradecidísimo a las atenciones del que él llamaba respetuosamente «señorito»... y a un billete de cien pesetas que don Alfonso le había entregado al despedirse». Para redondear con halago su reseña, el redactor del diario decía que la munificencia del rey fue tan loable como su modestia, no habiendo querido desvelar su identidad al herido, quien la conoció días después al mostrársele un retrato del monarca. Como no podía ser de otra forma, la crónica se titulaba «Generosidad del rey».

La caza ha sido una de las prácticas ociosas preferidas entre los monarcas españoles. Esta imagen fue tomada el mismo día del accidente reseñado en la finca toledana (Foto, Alba. Diario ABC)

Para hacernos cuenta de cuán generoso fue el donativo es conveniente recordar que, según la base de datos del INE, en aquel año un kilo de pan costaba 0,46 pesetas, uno de carne de vaca 1,82, uno de bacalao 1,77, uno de patatas 0,19, uno de garbanzos 0,86 y un litro de aceite 1,19.

Durante el transcurso de la cacería, de la que el diario«ABC» se hizo eco en su edición del día 6 de noviembre dedicándole dos fotografías en su portada, el rey «confirmó una vez más su fama de buen cazador», según se apostillaba en las páginas de «El Castellano».

En las colecciones hemerográficas se encuentran singulares ejemplos de cómo se informaba a los toledanos sobre estas jornadas de asueto del rey por nuestras tierras. Elocuente, por su pomposidad y generosidad en detalles, es la publicada el 3 de enero de 1907 en «El Castellano», dando cuenta del fastuoso recibimiento que Alfonso XIII tuvo en La Puebla Montalbán antes de trasladarse a la «Ventosilla»: «Son las doce y dos minutos de la tarde.

El sol difunde sus vivificantes rayos de luz y calor sobre el azulado y diáfano cielo de esta regocijada población. Los penetrantes sonidos de las volteadas campanas de la Parroquial y los Monasterios anuncian la proximidad de SS. MM. Óyense, momentos después, los ensordecedores vítores de la entusiasmada multitud congregada para recibir a los Soberanos [...] Los automóviles del Rey y de la Reina avanzan con lentitud, rodeados de más de 3.000 personas, por las engalanadas calles [...] en que se admiran dos artísticos arcos de arbustos aromáticos, adornados de banderas y gallardetes y expresivas dedicatorias a los augustos viajeros [...] El Soberano, gratamente emocionado, erguióse sobre el automóvil como movido por un resorte, y sus ojos contemplan el cuadro magnífico y conmovedor que presenta la plaza del pueblo repleta de personas [...]

El Rey, con majestuosa inclinación de cabeza, saluda a la Marcha Real, y entonces explota el comprimido sentimiento popular y escúchase un estruendoso ¡Viva el Rey! ¡Viva la Reina!, al que contesta visiblemente afectado D. Alfonso con entusiastas movimientos de cabeza [...] A duras penas consigue el caballeroso Duque de Santoña, «chaufeur» del automóvil del Rey, abrirse camino entre la muchedumbre [...] Menester fue que se impusiera la prudencia para que este entusiasmado pueblo desistiera de su empeño de acompañar a SS. MM. hasta la magnífica posesión de la Ventosilla».Portada del diario ABC dedicada a la cacería real celebrada en «La Ventosilla» el 4 de noviembre de 1915

Fernando Adrada, autor de estas líneas, tampoco ahorró adjetivos a la hora de dar cuenta de los pormenores de la cacería, en la que se cobraron 734 piezas, la mayoría de ellas perdices. Para organizar la misma se precisaron cerca de doscientas personas, servidumbre y criados de la casa, interviniendo ochenta y cinco ojeadores. Concluida la misma, y para cruzar el río Tajo camino del lugar en el que les esperaban los automóviles para ir a Torrijos, donde los reyes tomarían el tren de regreso a Madrid, se preparó una barca engalanada a modo de buque.

Palacio modernista

Compañero habitual del rey en estos lances cinegéticos en la «Ventosilla» fue Carlos Mitjans y Fitz-James Stuart, hijo de los duques de Santoña, nacido en 1907, vigésimo primer conde de Teba, y quien pasados los años estaría llamado a convertirse en leyenda de caza española.

«La Ventosilla» continúa ofreciéndose como uno de los lugares más exclusivos para la práctica cinegética. Conserva su palacio de estilo modernista y sus jardines diseñados por el paisajista francés Jean Claude Nicolás Forestier a finales del siglo XIX. En ella se construyó una de las primeras pistas de tenis de la provincia de Toledo y dispuso de línea telefónica desde La Puebla de Montalbán, no librándose la misma de los robos de cable, hurtos que ya se realizaban por aquí en los primeros años del siglo XX. En septiembre de 1915, un mes antes de la cacería que antes referimos, un individuo llamado Zacarías Rodríguez cortó más de cuarenta metros del tendido telefónico, vendiéndolos a su convecino Benito Clímaco. Zacarías.Según se contaba en «El Castellano», fue detenido y puesto a disposición judicial. Aunque nada se añadió en el diario, ni que decir tiene que el tendido debió ser rápidamente repuesto para que días después Alfonso XIII y su séquito no estuviesen allí incomunicados.

ENRIQUE SÁNCHEZ LUBIÁN
http://www.abc.es/espana/castilla-la-mancha/toledo/abci-accidente-regio-camino-ventosilla-201610241910_noticia.html

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