viernes, 21 de agosto de 2015

Geografía Visigoda en los Montes de Toledo ( y II )


Hoy nos encontramos envueltos en formulaciones hipotéticas que esperamos tengan algún día confirmación histórica por la arqueología. 

El arco geográfico de indicios, hallazgos y establecimientos visigóticos en los Montes y su zona de influencia, parte de Almonacid de Toledo a 21 km. al este de la ciudad, situado bajo uno de los cerros hacia donde se prolonga la Sierra de Nambroca, sobre el que existe un castillo cuya torre central tiene origen musulmán al parecer documentada en el 848'3. 

Al pié de este cerro y junto al camino que sube al 'castillo desde la plaza, existe una copiosa fuente natural y a su lado las ruinas de una iglesia de corte barroco levantada sobre una plataforma artificial que sirvió de cementerio. 

En los muros exteriores e interiores se encuentran siete bajorrelieves visigodos, con decoración geométrica y dos de ellos con cruces paté inscritas en círculos tangentes. En el interior del cementerio aparece un extraño cono de piedra caliza. Toda la cara de su base está ocupada por un relieve con una cruz paté griega estilizada e inscrita en un gran círculo en cuyo centro vemos una abreviatura. En algunas construcciones de la población también existen otros fragmentos con relieves que no han sido estudiados" igualmente con los encontrados junto a la iglesia parroquial, posiblemente todos proceden del foco principal del viejo cementerio. La vinculación a la escuela toledana es evidente. iExistió un monasterio visigodo en este emplazamiento? Los topónimos de origen latino a partir de «monasterium» son numerosos en la Península. 

Nos han llegado en ocasiones a través de su transformación en vocablos musulmanes. Así lo hace en Al-Monastir junto a Fuente de Cantos en Badajoz o en Almonaster la Real en la provincia de Huelva, topónimos incluso que podríamos considerar de origen mozárabe. Entre los mas extendidos en la geografía española se encuentra Almonacid que lo hace junto con Almonascir, Almonacir, Almonecin, formas latinas arabizadas. Tampoco faltan los derivados de «monasterio» como Master, Munastir, El Munastir, incluso Móstoles junto con otros muchos. 

La mayoría de los investigadores no dudan en asociar estos nombres híbridos entre mozárabes y latinos, a la presencia de un monasterio de origen cristiano visigodo o incluso islámico como los cenobios fortificados (rawabit) o ribat. Aunque en nuestro caso la evidencia arqueológica cristiana nos centra el origen del monasterio. Todos los materiales decorados pertenecieron a un mismo complejo o iglesia situada bajo las ruinas del cementerio o en sus inmediaciones. 

El estilo es totalmente toledano. 

En los últimos meses han desaparecido algunos bajorrelieves de este grupo. Al sur de esta población y a unos 25 km. en un lugar próximo a las primeras estribaciones de los Montes de Toledo se encuentras las ruinas de la iglesia de San Pedro de la Mata comentadas por Caballero Zoreda's y mas ampliamente estudiadas por Balmaseda Muncharaz,6 quienes la fechan entre los siglos VII Y VIII Y aseguran que puede ser una iglesia monacal. Estuvo vinculada al culto de Santa Quiteria donde las tradiciones sitúan su sepulcro. Todo el material ornamental ha sido expoliado o disperso por las inmediaciones. Este enclave formó parte de un complejo de construcciones visigodas situadas en un radio de muy pocos kilómetros. Cerca de Arísgotas se encuentran los yacimientos de los Hitos y Santa Bárbara excavados en '975 y años posteriores por Balmaseda Muncharaz, donde se advierte la nave de una pequeña iglesia datada en el siglo VII y algunos enterramientos. 

En Arisgotas sirviendo de material de construcción en la iglesia y domicilios particulares se encuentran numerosos bajorrelieves que presentan cierta independencia estilística con respecto a los de Almonacid, procedentes de los tres lugares reseñados, que por estudiados no hacemos sino constatar su existencia. Continuando hacia el sur y salvando la primera cadena montañosa y a no mas de ,8 km., nos encontramos con Marjaliza donde también existe constancia de hallazgos vinculados a la cultura visigoda. En su término debió existir una antigua iglesia dedicada a El Salvador que pudo estar asociada a un monasterio benedictino'? de cuya existencia las fuentes del siglo XVIII ponen en duda. De esta antiquísima iglesia hoy permanecen unas ruinas y el topónimo en la sierra de la Nava, término municipal de esta población. 

Los documentos de la repoblación no mencionan el cenobio, ni los posteriores tampoco por lo que de haber existido debió estar poblado en fechas anteriores al siglo VIII. San Pablo de los Montes guarda en las entrañas del cerro de la Morra junto a la Fuente Santa un edificio de clara datación visigoda, cuya ubicación la podemos situar bajo un circulo muy cercano a las actuales ruinas del antiguo convento de P.P. Agustinos, q,uienes aprovecharon las numerosas piezas de la construcción visigoda para levantar el edifico conventual en cuyos muros continúan encontrándose'·, habiendo retirado muchas los vecinos de San Pablo, alguna de las cuales fueron adquiridas con la intervención del académico Sr. Rey Pastor en '933 por el Museo Arqueológico Provincial'. 

A las siete piezas que fueron al Museo, debemos sumar una que no se vendió. Mas las que existen en la actualidad sin catalogar suman otras tantas que hayamos visto procedentes de los desprendimientos ocasionados al desmontar algunas piezas del convento, y si a ello añadimos las que tenemos noticias orales que existen repartidas por la población en un número indeterminado y algunas en la iglesia, podemos estimar en cerca de treinta piezas, número muy apreciable que nos habla de la riqueza ornamental del edificio, cuyas ruinas aún en el siglo XIII eran visibles y posiblemente habitadas por los eremitas que vivieron junto a la Fuente Santa hasta que son admitidos en la religión de San Agustín y se funda el convento en el siglo XV. 

Imposta procedente del convento de San Pablo de los M ontes I mposta que se encuentra en los muros del convento de San Pablo de los M ontes Este foco de San Pablo es tan importante a juzgar por la abundancia de piezas, como el de Arisgotas o Guarrazar. La decoración de las impostas es muy parecida en todas ellas presentando intersecciones circulares con rodela central y estilizaciones vegetales en un pequeño capitel. 

Resto de friso. Cuarrazar (F oto de don P edro A lonso R evenga) Las tradiciones sampableñas han mantenido la existencia de un convento de monjas antes de la invasión musulmana que se sumergió bajo tierra para evitar ser profanado por los invasores, leyenda en se repite en Marjaliza y en el monasterio de Santo Domingo el Antiguo de Toledo, todos ellos relacionados con benedictinas anteriores a la invasión musulmana. Una curiosa coincidencia que parece trasmitirnos algún hecho vinculado al monacato en los Montes de Toledo. Navas de Estena fue excavada una necrópolis visigoda bajo los auspicios del Museo Arqueológico Nacional dirigida por Caballero Zoreda y en Fontanarejo tenemos noticias de la existencia de una iglesia con planta basilical con un crismón decorando sus paredes, todo ello desaparecido y sin confirmación documental antigua. Siguiendo el itinerario de hallazgos visigodos en los Montes de Toledo llegamos a Malamoneda donde se encontraron dos pequeñas piezas visigodas" entre el material procedente de! derribo intencionado de su antigua iglesia. Una con decoración vegetal depositada en e! Museo Arqueológico Provincial y otra con los restos de una pequeña decoración de soga y líneas. 

Ambas sirven para documentar la presencia de los visigodos en este despoblado de Hontanar, donde sus tradiciones nos remiten a fechas anteriores a la invasión musulmana. Unas nos hablan del rey Wamba y otras del escondite de cuerpos de santos mártires en las fragosidades de las sierras «para que no las encontraran los moros». El yacimiento del complejo monacal de Melque con su iglesia mausoleo del siglo VIII por conocido, estudiado y excavado" prescindimos de cualquier comentario aunque es interesante conocer la colección de bajorrelieves visigodos procedentes de este yacimiento que en otras épocas se trasladaron a Gálvez por los labradores con propiedades en aquel lugar en fecha indeterminada. 

Entre ellas una pilastra de  que coincide con las dibujadas por el presbítero de la Puebla de Montalbán señor Muncharaz en 1788 que se creía en paradero desconocido". Guarrazar es otro de los focos mas importantes de arte visigodo y no solo por e! hallazgo del rico tesoro de su nombre, sino por la variada colección de piezas esculpidas para decorar un edificio que no fue precisamente e! descubierto en las excavaciones de Amador de los Ríos en 1859, sino otro cercano posiblemente situado en la ladera norte de la loma de las huertas, donde por la profusión de hallazgos de sillares y calizas talladas hace sospechar su existencia aunque sin poder precisar sus funciones. Recientemente el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid realizó algunas prospecciones en este lugar y los resultados apoyados por la investigación geomagnética descubrían lo que puede ser la planta de un gran edificio rectangular con restos de hileras de columnas".

Nos encontramos ante la presencia de un monasterio visigodo de los que se mencionan que existían en las cercanías de Toledo? Caballero opina que puede tratarse de un complejo palaciego. Las necesarias excavaciones harán posible levantar el velo que oculta este importante yacimiento para conocer la cultura visigoda en Toledo. 

Podemos ampliar este recorrido con aquellos lugares donde existen referencias sobre hallazgos o indicios de presencia visigoda en la comarca monteña. 

Argés aporta a la arqueología visigoda una magnifica pieza hallada en un olivar cercano. Se trata de un fragmento de una columna decorada con arquillos superpuestos que se repite en Toledo y Almonacid. Al tratarse de un hallazgo aislado y cercano a Toledo lo tomamos con la reserva oportuna esperando otros nuevos. 

En Totanés al parecer" existió una basílica visigoda monástica dedicada a San Félix que fundó Eterio y su esposa Teudesinda, cantada en un poema compuesto por San Eugenio de Toledo en el siglo VII. Desconocemos las huellas materiales de la supuesta basílica en esta población. Quizá una necrópolis tardorromana de reciente aparición en las cercanías de Totanés de considerable extensión y destruida parcialmente, pudiera señalar algún vínculo con el posterior asentamiento visigodo. 

El entorno de Alpuébrega también es rico en hallazgos de pequeñas calizas talladas que nos hablan de una población repartida en zonas rurales labrando los campos del alfoz toledano junto con los hispanorromanos de los que también conocemos sus huellas reflejadas en inscripciones de origen pagano como las del Fuente del Caño y otras. 

Este itinerario puede habernos servido para ampliar la percepción que podríamos tener de las manifestaciones religiosas de ascendencia visigoda en los Montes de Toledo. Desde los materiales arqueológicos aparecidos, a las creencias conservadas por la religiosidad popular y las tradiciones legendarias que quizá enlazan con acontecimientos que han quedado ocultos por la maraña del tiempo, pueden iniciarnos en el estudio de este periodo de tiempo visigótico en los Montes de Toledo.

 Este panorama nos muestra un país que sale del paganismo con la ayuda de los enclaves religiosos que sirven de focos evangelizadores a la población monteña en fechas tardías, cuya fuerte y selecta espiritualidad irradiada por los cenobitas que podríamos considerar catequistas y guías espirituales de los hispanorromanos que aún se mantenían en el paganismo, permitió avanzar en la definición de sus rasgos cristianos que unos conservarán y otros tendrán que recuperar siglos mas tarde. 

Si bien en la comarca de los Montes de Toledo existen al menos doce lugares donde la presencia visigoda es constatable en los yacimientos estudiados y excavados, faltan al menos dos de gran interés e importancia por el potencial informativo que pudieran aportar a la vida monacal toledana, situados en Almonacid de Toledo y San Pablo de los Montes que no deben caer en el olvido. Terminamos con la esperanza de ver algún día las prospecciones o intervenciones necesarias para conocer e interpretar la vida monacal toledana en los Montes de Toledo y sus vínculos inexcusables con la metrópoli, ahora que el interés por lo visigodo ha despertado con la intención de recuperar un patrimonio que está ahí en las vegas del río igual que el otro espera mas arriba del escalón del Tajo.

Ventura Leblic Garcia
Numerario 
http://www.realacademiatoledo.es/files/toletum/0054/07.pdf

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