martes, 30 de junio de 2015

El Incidente de Yuncler 1810 : Guerrilleros contra las tropas de Napoleón

Alrededor de una lumbre, resguardándose del relente de la noche, estaban reunidos todos los guerrilleros, cada uno con su atuendo particular; no era el uniforme propio de un ejército al uso, pero tampoco era muy importante dado el tipo de guerra que se estaba haciendo contra el invasor; la diversidad de ropajes daba un colorido especial a la noche, a pesar de que con la sola luz del reflejo de la hoguera los colores eran difíciles de discernir.



Palarea, el único uniformado, miraba indistintamente la claridad de la luna y el rojo del fuego mientras pensaba en los últimos dos años de su vida, en lo rápido y sorprendente que habían transcurrido sus días, cómo en ese tiempo había pasado de ser un médico rural afincado en Villaluenga de la Sagra prestando servicio a los ciudadanos de la comarca sagreña, a encontrarse, esa noche concretamente, en las ruinas de un abandonado castillo medieval en lo alto de aquel cerro que daba cobijo a las poblaciones próximas entre las que se encuentra el pequeño pueblo de Yuncler. 

Pensaba, con una ligera sonrisa esbozada en los labios, en el día en que decidió dejar el oráculo de la medicina para dedicarse a combatir a los franceses invasores, enajenó todos sus bienes y se lanzó a la lucha armada con las armas y el ejército de que disponía; ya antes les había hecho la lucha moral distribuyendo panfletos de propaganda contra el ocupante; se le vino a la mente el día de su bautismo de fuego cuando volvía campo a través con sus hombres desde Casarrubios del Monte hacia Carranque y tuvo que enfrentarse a un destacamento enemigo en el camino de Cedillo aquel 7 de julio y cómo a partir de entonces se sucedieron todos los acontecimientos de manera tan vertiginosa.

Recordaba también cómo a los pocos días, el 8 de septiembre interceptó un correo del emperador en Santa Cruz de Retamar dirigido a algunos de sus oficiales lo que le supuso el nombramiento de alférez de la 7ª partida de patriotas voluntarios de Castilla y cómo no recordar, ¡está tan fresco en la memoria!, lo acaecido en aquel arroyo de Yuncler que llaman de “la Solana” ya bajo las distinciones de teniente coronel; había sido hasta ahora su actuación más importante y le supuso la condecoración con la cruz laureada de San Fernando.

Qué lejos quedaban aquellos días en Murcia como estudiante, la universidad, sus padres, el primer viaje a tierras de Toledo; una ráfaga de melancolía invadió, de súbito, sus pensamientos. Valoraba si había merecido la pena desprenderse de todo y comenzar a luchar, pero no tenía ninguna duda, la decisión había sido la correcta; un estremecimiento de emoción, como un rayo electrizante, le recorrió todo el cuerpo a la vez que se le erizaba el vello de la piel y los ojos se le tornaban vidriosos, más cristalinos aún al resplandor de la hoguera, dio la espalda a sus hombres para que no le delatara una lágrima que resbalaba por su mejilla dejando tras de sí una estela fría y húmeda y limpió la lágrima delatora con el envés de su diestra , luego se acarició la barbilla aún sin afeitar , el contacto con su cara fue frío a causa del aire gélido que soplaba en lo alto de del cerro a pesar del resguardo de los muros del viejo castillo; revivió por un momento detalle a detalle cada uno de los segundos transcurridos en la batalla de Yuncler.

Desde el instante en que aquellos hombres llegaron portadores de la noticia que había de pasar un convoy con trigo requisado en la comarca por el camino real se puso a pensar de qué manera interceptarlo conociendo que había destacamentos en Yuncos, Illescas y Cabañas; la forma le pareció fácil: “-habría que atacarlos en Yuncler, si, en Yuncler, a la altura del barranco, en el arroyo.

Sus hombres lo miraban asombrados, los ojos parecían querer escapárseles de las cuencas, ante la rapidez con que había dispuesto la estrategia, su reacción había sido fulminante. Si, a por ellos; -gritaba toda la tropa a la vez que levantaban sus brazos y los blandían al aire de la noche– a por ellos. Viva “el médico”, “viva España”.

Acto seguido “el médico” se agachó al suelo y reunió a todos los hombres a su alrededor para dibujar en la arena la disposición táctica del ataque y que todos, sin excepción, lo vieran, no se podía dejar ningún detalle al azar, la preparación había de ser muy minuciosa. Aprovecharían la arboleda que crece al lado del arroyo para estar ocultos y salir en tromba a por el enemigo a la voz de mando de Palarea; mandaría unos 30 hombres a Yuncos y Cabañas para evitar la salida de los enemigos guarnecidos en Illescas y Olías caso de que les llegara la noticia y así poder atacar con más tranquilidad.

Arroyo de la solana, junto al camino viejo de Madrid Juan Palarea “el médico “

Llegó el día del ataque, los hombres estaban dispuestos por entre la maleza del arroyo observando el trajinar diario del camino, aún se cernía la oscuridad sobre aquel 19 de octubre de 1810; sonaba entre el piar de los primeros pájaros y el chocar de las hojas con el viento, el rechinar de las ruedas de las carretas que pasaban y el crujir de la madera forzada por el excesivo peso; en el camino había inmiscuidos carreteros y carros aliados encargados de dar la señal de alarma cuando se acercara el convoy, eran parte de la estrategia, entre ellos algunos vecinos de Yuncler.

Comenzaba a clarear el día; las primeras luces del alba, sonrosadas, empezaban a dejar paso a los primeros rayos de sol cuando un carretero vislumbró en el horizonte el convoy y dió la voz de alarma. Venía escoltado por dos filas de granaderos, una a cada lado del carro que transportaba el trigo. Al llegar a la altura deseada “el médico” hizo la señal de ataque y sus hombres se lanzaron con tal ímpetu que poco pudieron hacer los franceses sino parapetarse tras el carruaje y posteriormente, los que quedaron con vida, salir corriendo hasta la próxima ermita de San Sebastián ( Actual cementerio ) en Yuncler; fueron tantas las prisas que no acertaron a cerrar tras de sí las puertas del sagrado recinto, lo que aprovechó Palarea para mandar a sus hombres fuego sin cuartel y de esta manera impedir que salieran o cerraran la puerta.



Instó al mando de los franceses por medio de un parlamentario a que se rindiera hasta tres veces pero de nada sirvió y en la última vez uno de los granaderos lanzó una granada contra el parlamentario de Palarea que le costó la vida y llenó de indignación a los españoles jurando no dejar un francés con vida.

Llegaron noticias de que se aproximaba por Yuncos una guarnición en socorro de los pertrechados en la ermita, para lo cual Palarea marchó hacia Yuncos dejando a cargo de la empresa a su lugarteniente José Rivero.

Tras hacer huir a los franceses en Yuncos volvió a las inmediaciones de la ermita y decidió acabar cuanto antes con aquello no fuera a ser que llegaran más refuerzos. Amontonó ramaje y leña seca para quemar la ermita, pero la lenta combustión impacientó al guerrillero que decidió, aprovechando el viento que soplaba favorable hacia la puerta de la ermita para tramar un ardid, echar al fuego pimentón y azufre traído por Juliana Carrillo, vecina del pueblo, lo cual hizo salir a los franceses que fueron pasados por las armas según aparecían por la puerta de la ermita”.

A la vez que recordaba los hechos miraba la cruz laureada de San Fernando que colgaba de su uniforme, cruz que le fue entregada como reconocimiento al mérito obtenido en la batalla de Yuncler.

Mientras amanecía veía Yuncler a lo lejos entre aquel cerrito pequeño que llaman de la aguililla y la colina donde aún se reconocen los restos de la ermita de San Sebastián que le sirvió de morada a los franceses en sus últimos momentos; pensaba en el orgullo, patriotismo y otros sentimientos que embargaban su pecho en esos momentos.

Miró la media naranja de la iglesia, la torre del campanario y pensó en como se mantenía erguida a pesar de la guerra, su esbeltez seguía intacta, y se alegraba de ello, pues era de reciente construcción toda ella menos el campanario que fue lo único que se libró del incendio del 19 de octubre de 1788.

Siguió con la vista el cauce del arroyo Tocenaque que lamía la ladera donde descansaban las casas e imaginó el discurrir del agua cristalina por la blanca arena con su sonido limpio y claro. Observaba matas de juncos por casi toda la geografía que rodeaba al pueblo, juncos que en otro tiempo habían sido el embrión del nombre que ahora ostenta; pensó un momento en quién podría haber sido el primero en nombrarle. Su nombre estaba muy ligado a Villaluenga y al castillo del Águila pero siempre había sentido una extraña atracción por aquel pequeño pueblo vecino.


Representación de la batalla de Yuncler (1.810) en la fachada del ayuntamiento
http://www.aytoyuncler.com/files/historia_Yuncler.pdf

Poblado Edad del Bronce. La Chorrera. Los Yébenes. (Toledo).


Poblado Edad del Bronce. La Chorrera.



Fotografiá: Celestino Cabañas









Partes de las paredes laterales de la cima.





Pinturas Rupestres en una zona de la cima de la montaña.





Vistas desde la misma zona.




La Tinajilla en la zona escarpada de los Yébenes.


Los Yebenes, la Ruta de los Ciervos.


lunes, 29 de junio de 2015

Hechos curiosos de la vida (y la muerte) de Santa Teresa

La monja inquieta y andariega pasó cuatro años tullida en una enfermería antes de fundar 16 conventos en sus últimos 20 años. Falleció un 4 de octubre de 1582 y el primero de sus tres entierros fue 24 horas después... el 15 de octubre

ABC

El 28 de marzo de 2015 se cumplirán 500 años del nacimiento de Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada, más conocida como Santa Teresa de Jesús o Teresa de Ávila. Fue un miércoles para más señas, a las cinco de la mañana como anotó su padre don Alonso Sánchez de Cepeda. Éste, hijo de un judío converso toledano, se había casado en segundas nupcias con la noble castellana doña Beatriz de Ahumada, y había aportado al matrimonio tres hijos de su enlace anterior a los que se sumaron ocho, entre ellos Teresa. «Éramos tres hermanas y nueve hermanos», contó la propia santa, que según ella misma admitía era la favorita de su padre.

Sus dos «fugas»

Cuentan que a los 7 años convenció a su hermano Rodrigo para que se fugase con ella de casa y se fuera con ella a tierra de moros, buscando el martirio. La fracasada intentona da muestra de la religiosidad que marcó su infancia y también de su carácter enérgico y su fuerte voluntad. Su siguiente fuga no se quedaría en intento. En 1535, ante la negativa de su padre para concederle el permiso paterno para ingresar en el convento de las carmelitas de la Encarnación, se iría de casa para tomar los hábitos y hacer los votos. No sin pena, como ella misma relató: «Aquel día, al abandonar mi hogar sentía tan terrible angustia, que llegué a pensar que la agonía y la muerte no podían ser peores de lo que experimentaba yo en aquel momento. El amor de Dios no era suficientemente grande en mí para ahogar el amor que profesaba a mi padre y a mis amigos». Teresa tenía 20 años.

Entre libros de caballería

Había sido su propio padre, sin embargo, el que primero la llevó a un convento. A los 13 años Teresa se había quedado huérfana de esa madre con quien compartía confidencias, devociones y su gusto por la lectura. De las vidas de santos, había pasado a los libros de caballerías y de en ellos aprendió a galantear con sus primos. «Comencé a pintarme y a buscar a parecer y a ser coqueta», recordaba la propia santa. Su padre, preocupado, decidió entonces internarla en el convento de las Agustinas de Gracia de Ávila, donde se educaban doncellas nobles.

Una grave enfermedad le obligaría a salir del convento. Nada se sabe de esta dolencia a la que la santa solo se refirió con la frase «Dióme una gran enfermedad, que hube de tornar en casa de mi padre». Durante su convalecencia, su tío don Pedro de Cepeda le dio a leer las Epístolas de San Jerónimo que le harían decidirse por tomar los votos y entrar en las carmelitas.

Su prematuro funeral

En el convento de la Encarnación «vivió feliz 27 años, siendo siempre, eso sí, el centro de la atención y el afecto de familia, monjas y seglares», señalan en la web del V Centenario de Santa Teresa de Jesús. La santa debía ser una mujer hermosa, de cuerpo frágil y dotada de una espiritualidad fuera de lo común. En 1538 cae de nuevo enferma. Ante el fracaso de los médicos, su padre le lleva a una curandera cuyo tratamiento «deja a la enferma medio muerta», relata Montserrat Izquierdo en su obra «Teresa de Jesús. Con los pies descalzos». Un año después, un paroxismo la llevará a las puertas de la muerte.

En el convento de la Encarnación le prepararon su sepultura y hasta celebraron un funeral, según relata Izquierdo. Sin embargo, cuatro días después, volvió en sí y pidió que la llevaran de vuelta al convento. «En la enfermería del monasterio pasará tullida casi cuatro años hasta verse curada, según su propia confesión, por la intercesión de san José», apunta la escritora.

Las visiones místicas

Los años siguientes fueron los más oscuros para la santa, que abandonó la oración en 1542 y un año después salió del convento para cuidar a su padre. Moriría en aquella Navidad y a su regreso, Teresa pasaría diez años más entre estados de desesperanza y periodos de oración hasta que en 1554, cuando rondaba los 40 años, tuvo lugar su conversión definitiva ante un Cristo llagado. «Ese día nace Teresa de Jesús y comienza la segunda etapa de su vida. La de su fecundidad espiritual, mística y literaria. La etapa de fundadora», subraya la filóloga especialista en la figura de Santa Teresa.

Entre santos

De entonces son sus primeras visiones y sus temores de estar siendo engañada «por el demonio». Su encuentro en 1560 con el santo franciscano Pedro de Alcántara resultó providencial para alcanzar la paz. Poco antes había tenido oportunidad de conocer a Francisco de Borja, que también sería santo, y años después mantendría una estrecha relación con San Juan de la Cruz.
16 conventos en 20 años

El 24 de agosto de 1562 el Papa Pío IV le concedió su traslado con cuatro monjas al pequeño convento de San José de Ávila. La reforma del Carmelo se ponía en marcha. Apoyada por el general de la Orden del Carmen, recorrió todos los caminos de España fundando conventos. Fueron 16 en apenas 20 años: Ávila, Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada y Burgos. No pudo cumplir su deseo de fundar un convento en Madrid.
Ocho libros y medio millar de cartas

En esos últimos 20 años de su vida escribió Santa Teresa el «Libro de la Vida», «Camino de perfección», «Meditaciones sobre los Cantares», «Moradas del castillo interior», «Exclamaciones», «Fundaciones», «Visita de Descalzas», las «Constituciones» para sus monjas, poesías y medio millar de cartas además de 66 «Cuentas de conciencia» para sus confesores. «Ella no podía predicar, pero sí podía decir lo que pensaba a través de las cartas, en las que no sólo se hablaba de su relación con Dios», señalaba el pasado domingo a Montse Serrador el historiador Javier Burrieza.

Acosada por la Inquisición

Acusada de enseñar cosas de alumbrados, Santa Teresa tuvo que defenderse ante el Tribunal de la Inquisición en 1575. Montserrat Izquierdo relata cómo el Definitorio General de la orden le mandó encerrarse como «presa» en el convento que ella eligiera y su reforma sufrió tal persecución que a punto estuvo de desaparecer hasta que en 1580 el Papa Gregorio XIII concedió a los descalzos una provincia separada de los carmelitas calzados mediante la bula «Pia consideratione».
Murió el día 4 y su entierro fue 24 horas después... el 15

En septiembre de 1582, Teresa de Jesús llegó al monasterio de Alba de Tormes muy enferma. «En fin, muero hija de la Iglesia», pronunció antes de fallecer. Era el 4 de octubre, el día que entraba en vigor el calendario gregoriano. A Santa Teresa la enterraron 24 horas después... el 15 de octubre.

Tres entierros

La enterraron allí mismo, en el convento de Alba de Torres aunque antes de que se cumpliera el año se procedió a la primera exhumación del cuerpo, que se encontró incorrupto. El padre Jerónimo Gracián procedió al rito de amputarle una mano que llevó a las carmelitas de Ávila aunque sin el dedo meñique que se quedó para él.

Tres años después del fallecimiento la Orden de los Carmelitas Descalzos mandaron llevar el cuerpo a Ávila así que fue exhumado el 25 de noviembre de 1585 y se trasladó el cuerpo incorrupto aunque sin un brazo que se quedó en Alba de Tormes para compensar de la pérdida. La decisión provocó el rechazo de los Duques de Alba, que echaron mano de su poder para recuperar el cuerpo, según relata Nieves Concostrina en «Polvo eres», y lo lograron puesto que Sixto V ordenó el traslado de nuevo a Alba de Tormes. En total se oficiaron tres entierros oficiales.

Su cuerpo aún incorrupto se encuentra hoy en una capilla de la Iglesia de la Anunciación de Nuestra Señora de Alba de Tormes, custodiado por nueve llaves aunque despojado de muchas partes de su anatomía. En Alba de Tormes se conservan sendos relicarios con el brazo izquierdo y el corazón de la santa, un pie y parte de la mandíbula se encuentra en Roma, la mano izquierda en Lisboa, un dedo en París, aunque la reliquia de la santa que ha tenido una existencia más agitada ha sido la primera mano que se le seccionó.

«Talismán» de Franco

Las carmelitas de Ronda conservan la célebre mano incorrupta de Santa Teresa que tras la Guerra Civil fue a parar a manos de Francisco Franco y éste llevó consigo como un talismán hasta su muerte. En su dormitorio del Palacio del Pardo hizo construir un altarcito para venerar la reliquia.

Primera doctora de la Iglesia

En 1614 fue beatificada por Paulo V y en 1622 el Papa Gregorio XV la canonizó junto a San Isidro Labrador, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri. Hubo que esperar hasta 1970 para que fuera nombrada por Pablo VI Doctora de la Iglesia, junto con Santa Catalina de Siena. Su fiesta se celebra hoy, 15 de octubre.

M.ARRIZABALAGA ARRIZABALAGA11 / MADRID
Día 16/10/2014 - 12.18h
http://www.abc.es/archivo/20141015/abci-santa-teresa-201410131409.html

Casa de Diego López de Ayala o Casa de los Cortezo en Casasbuenas, Toledo

Conocido como “El Palacio” o “Casa de Cortezo”, esta casa señorial fue construida a mediados del siglo XVI por Alonso de Covarrubias. Arquitecto y escultor, Covarrubias, fue durante años el maestro de la diócesis de Toledo y realizó algunas obras tan importantes como el convento de las Carmelitas en Alcalá de Henares. 

Fue construida para el obrero mayor de la catedral de Toledo

En Toledo realizó mejoras en la Puerta de la Presentación en la Catedral y remodeló San Clemente el Real.

Este edificio es de planta rectangular de dos alturas. La fábrica es de tapial y ladrillo y la cubierta a cuatro aguas. En su fachada principal da a un patio rectangular, por el lado opuesto, a tierras de labor.

Este palacio se convirtió en monasterio de frailes teatianos y más adelante en una casa de labor.
Siglo XVI

http://montesdetoledo.net/?q=es/node/203

domingo, 28 de junio de 2015

El Plano urbano de Talavera romana.(y II)

En otras ciudades lusitanas encontramos paralelismos muy estrechos, como es el caso de Coria, donde el Decumano Máximo se supone desde la Puerta del Cristo de la Guía, a la del Sol.

En Talavera ambos topónimos se encuentran juntos, en el mismo lado de la ciudad, a oriente. Hacia el Cristo de la Guía se dirige la calzada principal y el Decumano Máximo. Más conflictivo es el trazado del Cardo Máximo, debido a que el Puente Romano no se adapta a la estructura urbana.

Prolongando el Camino Real a Buenaventura, del que quedanrestos de empedrado, y que constituye una vía recta haca Avila, nos adentramos en Talavera por la calle Mesones y la Puerta de Zamora. Ambos topónimos indican a las claras que este esel acceso de la ciudad desde el Norte. Esta dirección es perpendicular a la calzada de la Corre-dera o Camino Real de Extremadura.

 Aunque la primitiva dirección no fuese a Zamora, sino a Avila. Continuando esta línea, ya dentro del Primer Recinto, estaba el Arco de San Pedro, cu-ya romanidad quedaría por ello avalada, amén de la que expresaban sus restos materiales.La antigua Puerta de San Pedro constituye la entrada desde la Calle Mesones a través de laantigua Plaza del Comercio donde, además, como ocurría en la Puerta de Mérida, la antigua parroquia de San Pedro, se disponía acorde a la orientación romana.



La continuación lógica parece ser la vieja calla Empedrada, que se corresponde grosso modo con la actual Gabriel Alonso de Herrera, hasta llegar al conjunto religioso de San Prudencio o San Jerónimo, el antiguo monasterio de Santa Catalina. Desde allí, para llegar a la Puerta del Río existían dos po-sibilidades o bajar por la Plaza de San Jerónimo o salir transversalmente al nacimiento del Puente

Tenemos por tanto establecido el perímetro concreto de una ciudad pensada al modo que sehacían las colonias, partiendo de un rectángulo 2:3, dispuesto en sentido longitudinal Este-Oeste. La vía principal no pasaba por el Decumano Máximo, sino por el exterior, paralelo aesta calle, 200 m más al Norte. Pero no existen dudas del trazado de este Decumano, del que se conservó la puerta romana, Puerta de Mérida, hasta finales del siglo pasado. El Cardo Máximo era la prolongación de otra calzada que quedó como el Camino Real a Zamora, cuya entrada a la ciudad fue la Puerta de San Pedro.

Pero los condicionantes que impuso el cauce del río Tajo a la dirección del puente romano, hacen que éste no se encuentre en la línea del Cardo Máximo, irregularidad que no es, ni mucho menos, extraña al urbanismo romano.La disposición urbanística de la ciudad de Talavera de la Reina, encaja dentro de la mása cendrada ortodoxia romana. Una vez trazado el perímetro y lo ejes principales con el Cardo y Decumano Máximos, falta por establecer el área forense, corazón de la ciudad. 

La confluenciad e Cardo y Decumano se produce en el patio de Monasterio de Santa Catalina o San Jerónimo. De allí vimos que procedía la estatua adscrita a Venus por los escritores de los siglos XVIy XVII que fue convertida en imagen de Santa Catalina. Se trata del área donde confluyen los edificios religiosos más antiguos de Talavera.

El área forense se ubicaría en la zona de la Colegial de Santa María extendiéndose hasta elmonasterio de Santa Catalina, o bien hacia el Oeste, hasta la parte Sur de la Plaza del Pan y elantiguo Hospital de la Misericordia, donde los autores de los siglos XVI y XVII ubicaban lamezquita musulmana. Los elementos como los fustes de columnas estriadas hallados en el próximo solar de la Ronda del Cañillo 16, o las molduras de podía y frisos del mismo lugar y de la Alcazaba, confirman la proximidad del Foro.

Columnas similares cerraban el espacio porticado del Foro de Talavera la Vieja, descrito por Cornide. También se hallan tales tipos de columnas en el edificio salvado de las aguas e interpretado como Curia, hoy cerca de Bohonal de Ibor, junto al cruce de la carretera con el río Tajo. En Talavera la Vieja, la calzada cruzaba la ciudad en dirección Noreste-Suroeste, habiéndose conservado claramente el trazado de los decumanos, y los Cardos. 

Aquí el río se halla al Norte y se supone la existencia de un puente. El área forense estaba formada por una plaza porticada en torno a la que se disponían tres templos (Córnide, 1796). El espacio delimitad o como Foro ocupa una superficie de 150 x 60 m. aunque pudo ser incluso mayor. La superficie de la ciudad es algo más reducida que la de Talavera de la Reina, aunque también tiene forma de rectángulo con la proporción 1:2. Sus lados miden 500 x 250 m. con un superficie de 12.5Has, casi la mitad que la de Talavera de la Reina.

El Foro romano es la plaza del mercado, el centro urbano de la vida publica. Usualmente deforma rectangular y porticado en uno o dos de sus lados más largos, mediante gruesas columnas.

Allí estaba el templo dedicado a la tríada capitolina Júpiter, Juno y Minerva, en uno desus lados, allí donde se junta el Cardo y el Decumano, precisamente en el monasterio de SantaCatalina. A un lado se disponen las tiendas y cerca los macella o almacenes.

También los horrea o granaria , edificios elevados sobre pilares para el almacenamiento del grano. Junto al Templum existían otros edificios religiosos o templos. En Talavera pudo existir uno a Venus,otro a Hércules, y sin duda existió uno dedicado al culto del emperador. 

Los emperadores ro-manos eran divinizados a su muerte y su culto se convertía en una cuestión oficial, de ahí nacían los problemas para los cristianos que al no aceptar este culto se situaban fuera de la legalidad.

Tenemos constancia de una sacerdotisa de este culto al emperador, la flaminica Domitia Proculina, cuya lápida sepulcral apareció, por cierto, muy cerca de allí.Uno de los edificios más representativos era la Curia, o lugar de reunión del Senado o Consejo Provincial. 



Corresponde a nuestro moderno ayuntamiento, y se ubicaba naturalmente, enel Foro. También existía un lugar o Comitium para la reunión de la Asamblea popular. La Basílica se encontraba igualmente en el Foro; edificio de planta absidal del que tomaron los cristianos el modelo para sus iglesias, aunque en el mundo romano tuvo una funcionalidad bien distinta pues se trataba del lugar donde se realizaban las transacciones monetarias, almismo tiempo que servía de juzgado.

Se podían disponer en el Foro o en cualquier otro lugar, edificios o elementos de cultos aje-nos a Roma, como por ejemplo los Mitreos, o las distintas aras o altares que sin duda tuvieron los dioses indígenas que aparecen en la epigrafía de Talavera como Ataecina, Aricona, Uri-louco, etc.

Más difícil es encontrar indicios de la disposición de las manzanas de la ciudad. Las man-zanas solían adaptarse a la disposición de la trama urbana, aunque los edificios públicos alteraban normalmente la disposición reticular. Se calcula que al menos 1/3 del espacio de cada iudad esta dedicado a edificios públicos.

Los cálculos sobre la población en las ciudades ro-manas rondan la cifra de 200-400 habitantes por Ha. Esto daría unas cifras totales de unos 5.000 habitantes para la Talavera romana sin contar los suburbios.

Estas cifras se pueden poner en relación con las 1.500 Has. calculadas para los campos de la ciudad, que pueden mantener a 3.000 personas, a razón de 0.5 Has. por persona. La proporción de agricultores sería por tanto muy alta, como era de esperar. La relación entre la extensión de la ciudad y los campos cultivados (centuriados o no) de su entorno es la misma en las dos Talaveras.

Talavera la Vieja cultivaba unas 800 Has., que representan el 50% de los valores de Talavera de la Reina. Se podrían alimentar unas 1.600 personas sobre una población total de 2.500 habitantes.Las manzanas solían ser de uno o dos pisos, dedicadas a vivienda, tiendas y talleres:
domuset insulae.

El modelo más típico de casa romana consta de una fauces o portal, un atrium o vestíbulo con una claraboya en el tejado o compluvium por donde cae el agua a una especie de cisterna o impluvium.

Tras el atrio se encuentra el tablinio donde duerme el dueño de la casa ole sirve de despacho, y el peristilo o patio columnado en las casas más ricas, con una cisternaen el centro, y hueco con una fuente o nymphae. A los lados alae se disponen diversas estancias, como la cocina, el baño, balnea, los dormitorios o cubicula o el triclinium para comer.

Entre los diversos edificios se disponen callejones estrechos, ya que sólo las fachadas principales donde se encuentran las tiendas o tabernae en las plantas bajas, dan a la calle principal.

Las plantas altas se solían reservar para las insulae o apartamentos de alquiler, opuestas ala domus o casa de una familia. Las calles principales tenían aceras, y las fuentes se disponían a intervalos entre los bloques de pisos.Restos de estas casas han sido hallados en la Ronda del Cañillo 16, Ronda Sur, San Cle-mente, calle Lechuga y Patio del Ayuntamiento, la mayor parte de las veces con paredes pintadas, pero hasta el momento no se ha podido aislar un domus o una insula con alguna calleque la delimite, ni siquiera un peristilo.


Cuando eso suceda, la reconstrucción de la topografíaromana de Talavera de la Reina sufrirá un fuerte impulso.

Dentro del urbanismo talaverano se encuentran reminiscencias de las disposición reticular romana; se conservan en el convento de San Agustín el Viejo, hoy nuevo museo de cerámica Ruiz de Luna, en el claustro de Santa Catalina y en la Casa de los Canónigos, y en general las estructuras de la Colegial y de San Prudencio, aunque no todas ellas están a escuadra, como ocurre con la fachada de la Colegial de Santa María que, además, tampoco se dispone paralela a la Plaza del Pan.

 También es coincidente el urbanismo romano a grandes rasgos con la dirección de la antigua calle Empedrada, por ello los edificios de la parte Norte de la calle de Gabriel Alonso de Herrera, están orientados con la dirección del urbanismo romano, como el palacio de Villatoya. Existen varios patios con la misma orientación de 354º cuyas fachadas, sin embargo, no sehallan escuadradas con respecto a ellos.

Todas las paredes medianeras de la calle Gaspar Du-que también tienen una orientación similar a la romana, al estar adosadas a las murallas.Si las manzanas de la Colegial-Santa Catalina y del área de la Puerta de San Pedro, se adaptan al urbanismo romano, no lo hacen así las del Ayuntamiento, Teatro y Toro Encohetado-Cardenal Tenorio. 

Pero estas manzanas tienen menor antigüedad que las de la Colegial, ya que no van más allá del siglo XV. De hecho la fachada de la colegial no se alinea con la Plaza del Pan, y ésta, no constituye un rectángulo regular, sino un trapecio, más estrecha al Norte, es decir, sus lados no son paralelos.

No todos los edificios públicos se encontraban en el Foro, diversos templos, varios conjuntos de baños, arcos y columnas conmemorativas, residencias militares, palacios, etc. se disponían diseminados por cada ciudad, de acuerdo a los gustos o posibilidades del lugar. Alguno de estos edificios se debió hallar en el Patio del Ayuntamiento, hasta la fecha la estructura más monumental encontrada en Talavera, y quizá identificable por sus características con un praetorium, residencia de prefecto militar.

A juzgar por ciertas noticias orales debió existir otro edificio monumental cuyos sillares y fragmentos de columnas asombraron a quienes losvieron (aunque eso no evitó su destrucción), en la calle Herrerías, quizá donde el antiguo frontón, no lejos del Patio del Ayuntamiento, precisamente en una de las fachadas cuya orientación se correspondía con la romana.Las termas no faltaban en ninguna ciudad romana. Ya se ha dicho que su función era tanto social como higiénica, por ello hay conjuntos que disponen de instalaciones para gimnasia: palaestra , etc. 

En el apodyterium se cambiaban de ropa los bañistas, hacían ejercicio en la palaestra y después pasaban al sudatorio, allí se desprendían del aceite y de la suciedad y estaban listos para darse un baño caliente en el caldarium , tomar un baño de vapor y luego otro templado en el tepidarium y finalmente el frío en el frigidarium.

Se necesita un acueducto para llevar el agua a los distintos depósitos, por ello, en Talaverase disponían cerca del río. Para facilitar el calentamiento del agua, los depósitos se ubicaban alSur, lo cual significa que en Talavera se ha descubierto la parte meridional del conjunto, don-de se disponen los depósitos y el caldarium, debiéndose prolongar bajo la calle de San Clemente las demás dependencias: tepidario, frigidario, y posiblemente palestra.

Existía una doble corriente de agua, desde al calidario, el agua caliente llegaba el tepidario y frigidario ya enfriada, volvía entonces de nuevo a los depósitos y era calentada de nuevo.

Bajo el caldarium se disponía lo que se conoció en la cultura popular como una "gloria", estoes una cámara con columnitas de ladrillo y arcos para sujetar las estancias superiores, a donde llegaba el aire caliente de la hoguera.En uno de los extremos se disponía un horno alimentado con leña, hacia el sur, allí donde se estrecha esta "gloria" que los romanos llamaban hypocaustum.

Se correspondería con las estructuras al Sur del hipocausto descubiertas en Talavera, donde se estrecha el paso.

Al aire calentaba los baños situados encima. Para lograr más calor, las ventanas de las termas eran pequeñas, hasta que se descubrió el empleo del cristal, al tiempo, que se utilizaban las denominadas tegulae mammatae, con orificios que dejaban pasar el aire caliente en el techo del hipocausto.Las termas o baños podían ocupar una superficie de 3 ó 4 mil m2, con espacios que tienden a ser cuadrados de 60 u 80 m. de lado.

También era usual que existieran varios baños en cada ciudad, al menos dos.Pudieron existir otros edificios como el circo o el anfiteatro, aunque tengan que ser busca-dos extramuros. Al igual que debió haber un acueducto, a pesar de la cercanía del río, ya quelos romanos empleaban estos cauces como cloacas y no para beber.Pocos datos se pueden extraer del alcantarillado. El moderno es muy reciente y destruyó evidencias más antiguas. 

Aparte de las halladas en las excavaciones arqueológicas, el tramode desagüe de la Puerta de Mérida corría hacia el arroyo de la Portiña, como parece que fueusual que vertieran las aguas hasta que se canalizó recientemente. A él vertían asimismo lasalcantarillas que daban a la calle Charcón, a quienes debe su nombre. Existe la creencia popu-lar de que había un subterráneo desde la iglesia de San Jerónimo al río Tajo. Es factible supo-ner que se tratara de una gran cloaca romana, la Cloaca Máxima que vendría desde el Foro, dehecho, la red de alcantarillado moderno ha hecho uso de él. 



Asimismo, en la excavación del Huerto de San Agustín se descubrió un gran colector de ladrillo, de época Moderna, pero que conservaba la orientación de los muros romanos, y corría hacia el río.Al crecer la ciudad o ir perdiendo sentido los viejos espacios amurallados, usualmente des- pués de la Reconquista, tras el hermoseamiento del Primer Recinto en el siglo X, la Catedral o centro religioso conserva el antiguo lugar central, o viejo espacio del Foro, mientras que lasáreas de mercado adquieren mayor importancia desplazando a ellas el nuevo centro, como ocurre con la antigua Plaza del Comercio, hoy Plaza del Reloj, convertida en Plaza Mayor cuando el Arrabal Nuevo se integró plenamente como parte de la ciudad al perder vigencia las murallas.

 Entonces la vieja calzada ocupó un lugar central en el esquema urbano, y la Plaza del Comercio, pasó de una posición axial, a otra central (Vayssiére, 1978). Al estar las ciudades limitadas por un río en uno de sus lados, el crecimiento se verifica a modo de cinturón entorno al antiguo recinto romano que no es otra cosa que los arrabales Viejo y Nuevo de Talavera.

Estructuras al Sur del hipocausto descubiertas en Talavera, donde se estrecha el paso. Al aire calentaba los baños situados encima. Para lograr más calor, las ventanas de las termas eran pequeñas, hasta que se descubrió el empleo del cristal, al tiempo, que se utilizaban las denominadas tegulae mammatae, con orificios que dejaban pasar el aire caliente en el techo del hipocausto.

Las termas o baños podían ocupar una superficie de 3 ó 4 mil m2, con espacios que tienden a ser cuadrados de 60 u 80 m. de lado. También era usual que existieran varios baños en cada ciudad, al menos dos.

Pudieron existir otros edificios como el circo o el anfiteatro, aunque tengan que ser busca-dos extramuros. Al igual que debió haber un acueducto, a pesar de la cercanía del río, ya quelos romanos empleaban estos cauces como cloacas y no para beber.

Pocos datos se pueden extraer del alcantarillado. El moderno es muy reciente y destruyóevidencias más antiguas. Aparte de las halladas en las excavaciones arqueológicas, el tramode desagüe de la Puerta de Mérida corría hacia el arroyo de la Portiña, como parece que fueusual que vertieran las aguas hasta que se canalizó recientemente. A él vertían asimismo lasalcantarillas que daban a la calle Charcón, a quienes debe su nombre. Existe la creencia popu-lar de que había un subterráneo desde la iglesia de San Jerónimo al río Tajo. Es factible supo-ner que se tratara de una gran cloaca romana, la Cloaca Máxima que vendría desde el Foro, dehecho, la red de alcantarillado moderno ha hecho uso de él. 

Asimismo, en la excavación del Huerto de San Agustín se descubrió un gran colector de ladrillo, de época Moderna, pero que conservaba la orientación de los muros romanos, y corría hacia el río.Al crecer la ciudad o ir perdiendo sentido los viejos espacios amurallados, usualmente des- pués de la Reconquista, tras el hermoseamiento del Primer Recinto en el siglo X, la Catedral o centro religioso conserva el antiguo lugar central, o viejo espacio del Foro, mientras que las áreas de mercado adquieren mayor importancia desplazando a ellas el nuevo centro, como ocurre con la antigua Plaza del Comercio, hoy Plaza del Reloj, convertida en Plaza Mayor cuando el Arrabal Nuevo se integró plenamente como parte de la ciudad al perder vigencia las murallas.

Entonces la vieja calzada ocupó un lugar central en el esquema urbano, y la Plazadel Comercio, pasó de una posición axial, a otra central (Vayssiére, 1978). Al estar las ciudades limitadas por un río en uno de sus lados, el crecimiento se verifica a modo de cinturón entorno al antiguo recinto romano que no es otra cosa que los arrabales Viejo y Nuevo de Talavera.

Pero a pesar de los numerosos cambios sufridos en los dos mil años de una historia plagadade incidentes: conquistas y reconquistas, destrucciones y reconstrucciones, la antigua centrali-dad del foro romano se sigue manifestando en torno a la Plaza del Pan, y especialmente en laColegial de Santa María. De este modo, los cristianos preservaron sin pretenderlo la esenciade la antigua ciudad, y sobre el mismo espacio que ellos adoraron a sus dioses, y después lohicieron los musulmanes, se continúan hoy realizando las prácticas religiosas de la iglesiacatólica.

http://www.academia.edu/3281200/Talavera_de_la_Reina_en_la_Antig%C3%BCedad

La Jota Manchega

La jota es una danza española extendida por gran parte de la geografía de España.

Varía según las regiones, aunque la jota de Aragón, la jota castellana, la de León, la de la Comunidad Valenciana, la de Navarra y La Rioja, la «montañesa» de Cantabria, la de Asturias, la de Galicia, la deExtremadura, la de la Alta Andalucía y la de Murcia son quizás las más conocidas y populares.

Entendida como representación escénica, la jota se canta y se baila acompañándose de castañuelas y los intérpretes suelen ir vestidos con trajes regionales. En Valencia, antiguamente, se bailaba la jota en la ceremonia de los entierros.



Jota manchega


La jota manchega, típica del lugar, tiene como característica propia que tiene rasgos de ronda. A muchas jotas manchegas se las conoce por «Jota del Mantecado», ya que era frecuente cantarlas y bailarlas en fechas cercanas a la Navidad (y también en otras fechas señaladas).

La jota es una forma músico-tradicional de las llamadas fijas y su fisonomía coreográfica-cantable es de las más conocidas en España.

Musicalmente, la jota está constituida por una parte instrumentada y cantada a coro que se le da el nombre de estribillo –“rabillo” en algunos lugares- y que suele ser la que inicia la danza. 

Normalmente presentan un dibujo melódico de carácter alegre formado por notas de corto valor y va seguida de lo que popularmente se conoce como “estrofa” –copla, en distintos pueblos-, cantada ésta por una sola voz, acompañada del resto de instrumentación que se limitará a eso, a acompañar, marcando con rigor el ritmo ternario pero sin sobresalir de la voz.

Su característica fundamental está en que tiene su lugar y su tiempo en la vendimia, con lo que prueba su indudable origen antiquísimo de danza ritual labradora. El dueño de la viña vendimiada regala a los vendimiadores y vendimiadoras un cordero para que sea sacrificado y guisado, y es en la comida cuando se celebra la fiesta y se baila la jota.



Intervienen con la guitarra y la bandurrria, instrumentos indispensables, un coro de instrumentos elementales y populares: el almirez, el caldero, la paleta, la sartén... Lo popular de la danza no admite dudas, y la indumentaria de los danzantes se ajusta a época y a la faena de la vendimia, incluidos los sombreros de paja campesinos con que las mujeres se defienden del sol. 

Por supuesto es un baile alegre, divertido y que gusta del aire libre y del olor inequívoco de la uva madura.



Y la Jota Manchega por excelencia:

A la Mancha manchega
que hay mucho vino
mucho pan mucho aceite
mucho tocino.

Y si vas a la Mancha
no te alborotes
porque vas a la tierra
de Don Quijote.

La Virgencita del Prado
le dijo a la del Pilar
si tú eres Aragonesa
yo soy Manchega y con sal
si tú eres Aragonesa
yo soy Manchega y con sal.

Una rubia vale un duro
una morenita dos
yo me voy con lo barato
rubia de mi corazón
yo me voy con lo barato
rubia de mi corazón

Los demonios son los hombres
según dicen las mujeres
y están todas deseando
que el demonio se las lleve
y están todas deseando
que el demonio se las lleve.


http://www.loscortijos.com/folclore.htm

sábado, 27 de junio de 2015

El Plano urbano de Talavera romana.(I)

La topografía actual de una ciudad es el resultado de una larga evolución en la que ciertos elementos antiguos se destruyeron y no han dejado huella mientras que otros se han conservado.

En la ciudad de Talavera, uno de los ejes urbanos invariables es la dirección del antiguo camino de Extremadura.

Este camino ha marcado una línea Este-Oeste desde la ermita de lPrado hasta la puerta del Sol. Por la calle del Sol llega a la antigua plaza del Mercado, y la Corredera. 

Atravesaba el arroyo de la Portiña por el puente del Populo, y después se alejaba de laciudad por la calle del Carmen, la Puerta de Cuartos y la calle Juan de Mariana, a buscar el puente del Mal Ojo en el arroyo Albaladiel, cuyo nombre significa precisamente "camino empedrado", voz árabe que designaba las calzadas romanas.
Comparación de la evolución de las manzanas 
en el Plano actual de Talaverade la Reina y Anónimo de 1780

Esta característica predominante del urbanismo talaverano se refleja en todos los planos dela ciudad. En el siglo XVIII aparece como una verdadera recta, que se va matizando a comienzos del XIX, pero que conserva su trazado casi rectilíneo hasta los planos más modernos. Pero no todos los planos son un reflejo fiel de la disposición urbanística; antes de la modernas técnicas de medición y reconstitución fotogramétrica, los condicionantes ideológicos jugaban un gran papel.



Buen ejemplo lo constituye un plano anónimo del siglo XVIII, donde los preceptos racionalistas de la Ilustración se plasman en el dibujo de una retícula urbana ortogonal.

Allí se añade otro eje Norte-Sur desde la puerta de Zamora por la calle de Mesones a la plazadel Comercio, y por la antigua calle Empedrada y Arco de San Pedro a la puerta del Río.Realizando una comparación manzana por manzana, se pueden comprobar los "sesgos" del plano antiguo. Un trazado igualmente rectilíneo tiene el croquis que realizó el párroco de San-ta Leocadia en 1854. Las murallas de la parte del Tajo, hoy desaparecidas, se pueden observar en el magnífico grabado de Antón del siglo XVI, y el de un sello del siglo XIV

además delas fotografías de finales del siglo pasado y comienzos de nuestro siglo, y un plano del paseode los álamos de 1830.Los planos históricos se complementan con las fotografías aéreas: el vuelo americano de1956 a escala 1:33.000, y los más modernos a escalas 1:18.000 Y 1:5.000. En todos se apreciala evolución urbanística de la ciudad hasta conformar el cuadrado con los tres recintos amura-llados, partiendo del cuarto Suroeste, que se corresponde con el Primer Recinto. Este cuadran-te se delimita al Norte por el camino de Extremadura (calle Corredera), al Sur por el río Tajo,al Oeste por el arroyo de la Portiña y al Este por una vaguada: calle Carnicerías

De acuerdo a varios autores del siglo pasado, se puede estimar una media de población en Talavera del siglo XV al XIX en torno a los 6.000 habitantes, aunque con fuertes oscilaciones.El promedio de casas oscila de 1500 a 2000, distribuidas en 8 calles principales, 7 plazas, 10 edificios públicos, 6 palacios, 13 conventos y 8 parroquias (Suárez, 1982).

Este espacio urbano comprende una superficie actual en torno a las 75 Has., divididas tradicionalmente en 3 barrios: La Villa, con 18 Has., Arrabal Nuevo dividido en dos bloques con 41 Has. y Arrabal Viejo con 16.El Arroyo de la Portiña divide el Arrabal Viejo del resto de la población, tenía varios puen-tes que lo cruzaban: Moris, Pópulo, Nuevo. Al Este corre el arroyo Papacochinos, que antiguamente pasaba lamiendo los muros de la cara Sur de la Alcazaba y desembocaba en el Tajo junto a unos molinos, en el arranque del Puente Viejo. Tenía dos puentes, en la esquina de la Ronda del Cañillo con Carnicerías y en Cabeza del Moro.

 Esta zona ha sufrido muchos cambios en los últimos siglos. La topografía de la ciudad, nos muestra la existencia de un pequeño arroyo en la calle Carnicerías que se juntaba con el Papa cochinos en su desembocadura en el Tajo. Probablemente, la presa descubierta junto al antiguo puente Viejo servía para coger las aguas del río en este punto de la desembocadura de los arroyos, y pudiera encauzarse hacia el foso de la Alcazaba, como mencionan las fuentes musulmanas (Moraleda y Pacheco, 1991)

Para cubrir el foso de la Alcazaba sólo se necesitaba subir 2 m. el nivel de las aguas. Las altu-ras topográficas del primer recinto amurallado oscilan de 376 m. en San Clemente a 370 en laPuerta del Río, valores prácticamente imperceptibles.A Talavera se accede por el Camino Real de Madrid cruzando el puente sobre el Alberchede 290 m de largo y 4,5 m de ancho. Tras él, sendos puentes de ladrillo sirven para atravesar los arroyos Cordera y Papacochinos. 

La parte Norte del Primer Recinto Amurallado de Tala-vera es como una pared de este camino, que sale de la urbe por el puente del Pópulo, en la Ca-lle Real, de clara etimología romana, de 52 m. de largo y 4,5 m de ancho.

A su paso por la actual calle de la Corredera del Cristo, la dirección del camino, también dictada por la propia topografía, se aleja 6˚ de los puntos cardinales Este -Oeste: 84º-174º.Como si de piezas de un rompecabezas se tratara, los estructuras que han ido apareciendo en las distintas excavaciones realizadas en los últimos años, vienen a confirmar esta dirección predominante dictada por la vía romana, luego Camino Real de Extremadura.



Vía y ciudad nacen al tiempo, como un todo conjunto. Con los datos generales de un urbanismo orientado a los puntos cardinales en la Ronda del Castillo 16, Mangas y Carrobles (1992:113) elaboraron un esquema general siguiendo las líneas del urbanismo actual, en el mismo sentido que lo su-pusiera R. Villa, con una orientación de 6º-10º, proyectando un decumano desde la Puerta de Mérida a la Puerta del Río, guiados por la disposición de la manzana donde hoy se ubica el Ayuntamiento. 

Planos de Talavera de la Reina con hipótesis sobre su trazado urbano    romanoa
Sin embargo, no es esa la dirección de las estructuras romanas descubiertas en Talavera; por su parte, la manzana del Ayuntamiento es moderna, al igual que la calle Adalid Meneses. La topografía, el urbanismo romano y el desarrollo histórico de la ciudad, nos ayudan a establecer el primitivo recinto romano.

Las evidencias de la Puerta de Mérida y la existencia dellímite natural en el Arroyo de la Portiña, así como el mismo río Tajo, delimitan sin lugar adudas el recinto en esos lados.

 La supuesta calzada que se corresponde con el camino Real de Extremadura (Corredera) delimita el recinto al Norte.El Primer Recinto Amurallado de Talavera tiene un perímetro de 1500 m. aproximadamente y cierra una superficie de 14,5 Ha. Si comparamos el plano de este Primer Recinto con el de otras ciudades romanas observamos las tremendas semejanzas que se obtienen, tanto de la figura de sus perímetros, como de su disposición en relación a los ríos.

Mérida tenía en el momento de su fundación 26 Ha., León 19 Ha., Astorga y Lugo tienen valores similares.

Asimismo la forma de los recintos es preferentemente poligonal. Aunque en casos como Astorga, Londres o León, la forma se derive de un rectángulo, los recintos tienden a cerrarse en círculo y configuran los típicos recintos poligonales, de los que tan buenos ejemplos existen en las ciudades tardías del Limes del Rhin (Richmond, 1931). Talavera es una de ellas, aunque no la única. Casi como un calco de la disposición de la romana Caesaróbriga, se ubica en torno el Duero el plano de la ciudad romana de Salamanca. 

No obstante, Salamanca no se orienta como Talavera, sino como Mérida 35º. Allí al igual que en Mérida y Astorga, entre otras, el puente parece continuación del urbanismo, lo quehizo suponer que la dirección de los puentes determinaría la de la retícula urbana (Alvarez,1981; Abascal y Espinosa, 1989:52ss). Sin embargo, esto está en contradicción con las costumbres romanas, costumbres de arraigado valor religioso.

El puente se adecua naturalmente al urbanismo, pero las condiciones de los ríos predominan sobre cualquiera otras, de modo que si el puente ha de tomar otra dirección así lo hará. Es el caso de Londres, de Zaragoza, de Coria, de Talavera, etc.

A pesar de que no todos los autores están de acuerdo con respecto a la romanidad del Puente Viejo de Talavera de la Reina (Mangas y Carrobles, 1992; Suearez, 1992), creemos que las pruebas que aportan Moraleda y Pacheco (1991) son de mucho peso.

La dirección del puente estaría marcada en principio por la orientación de la ciudad, pero el paso del río se debió efectuar por una dirección en la que las corrientes, las islas en su cauce, etc., jugarían sin duda un papel primordial. No dudamos que de haberse podido practicar de acuerdo al eje Norte-Sur,así lo habrían realizado los ingenieros romanos. A la hora de reconstruir el perímetro de la ciudad romana de Talavera de la Reina, los restos conservados de las murallas son de gran importancia, pero han de ser tomados con precaución con relación al perímetro de la ciudad romana.

Como hemos tenido oportunidad de ver, las estructuras romanas no se adecuan en todas las zonas al perímetro de las murallas actuales. Si analizamos en su conjunto el plano del Primer Recinto, se observa una estructura perfectamente regular y planificada. Proyectando el Decumano Máximo desde la Puerta de Mérida hasta la Alcazaba tenemos una longitud de 600 m.

Desde la mitad de este Decumano hasta el borde Norte hay 200 m. Prolongando esta distancia al Sur, tenemos un cruz que se inscribe en un rectángulo. Este rectángulo de ratio 2:3 tiene un perímetro de 2000 m. y una superficie de 24 Has. 

Esta figura es sospechosamente similar al plano teórico del trazado de un gromático, y por tanto de la fundación de una ciudad romana.Las murallas actuales, se adaptan milimétricamente a la topografía. Si examinamos su perfilen el lado Oeste, vemos como recortan el rectángulo original dejando dos triángulos de 300 mde base por 150 m. de altura, y 160 m de base por 60 m. de altura, respectivamente.

Otras figuras geométricas pueden trazarse en este esquema para dar idea de su simetría, porque efectivamente, los triángulos descritos se descubren también en el lado Este. Para trazar el triángulo menor, al Sureste, debemos extender el recinto hasta parte del espacio que hoy ocupa el río,de este modo la figura es perfecta. La calzada ciñe el recinto al N. como una exacta prolongación del mismo.La simetría del modelo se rompe al Sureste por la disposición de 3 elementos que se hallan íntimamente relacionados: Alcazaba, Puente y Puerta del Río. 

Estos elementos llamaron la atención de Martínez Lillo al ser un esquema que se repite en otros recintos murados musulmanes como el de Mérida. Se trata de una verdadera fortaleza que defiende el puente, al tiempo que controla la presa y el sistema de llenado de agua de los fosos del Alcázar (1989-90).

Esta disposición es de especial interés, ya que la muralla Sur de la Alcazaba y su prolongación más allá del puente forma un ángulo recto con éste.



La Alcazaba y su esquema de orientación en ángulo recto al Puente Viejo, son precisamente los elementos, junto con el mismo puente, que peor encajan en el supuesto esquema urbanístico romano.

Es muy probable que la construcción o reforma que cita Al-Razí afectara especialmente aesta zona, pues dice que construyeron un alcázar que separó los príncipes, de la población. En la actuación de la Puerta de la Alcazaba, se pudo comprobar como en los cimientos de las mu-rallas y la puerta había grandes bloques de molduras romanas reutilizadas. Esta reforma musulmana pudo alterar de forma más drástica este sector que otros lugares de la ciudad.

En todo caso, no parece casual el ángulo recto que forma el trazado antiguo del Puente Viejo y los mu-ros de la Alcazaba.Aunque en este siglo se echaron toneladas de escombros sobre las murallas para formar la Ronda del Castilloo, antiguamente las murallas no corrían al borde del Tajo.

En la vista de Antón se aprecia un lengua de tierra entre éste y los muros, así como una coracha a la altura delo que hoy es el Puente de Hierro, lo cual indica que hubo una franja de tierra entre el río y la muralla. Entre los muros de la Alcazaba y el Tajo, corre el arroyo Papa cochinos, al que se une el Cordera en la esquina SE. del Segundo Recinto.

Allí, en la Cabeza del Moro había un puen-te de tres ojos para salvar el cauce de estos dos arroyos, y otro puente de dos ojos junto a la Alcazaba, al final de la actual calle de Carnicerías.Entre las murallas del Primer y Segundo Recinto existía una lengua de tierra hasta este arroyo, y otra entre el arroyo y el río. Este arroyo desembocaba en el Tajo frente al Huerto de San Agustín. 

En su margen izquierda tenía varios árboles de fronda, algunos de ellos todavíase podían ver en las fotos de los años 30, cuando ya la desembocadura de este arroyo se habíaconvertido en una explanada.Todo ello hace suponer que la ciudad romana original se pudo extender algo más al Sur,llenando el ángulo que hoy cubre el río, esquina que falta para completar la ocupación del es-quema geométrico ideal. 

Es en esta parte del Sureste donde las presiones del río han sido más fuertes, debido a la curva que se ha ido formando a lo largo de los siglos, y que poco a poco  socavó esta esquina hasta que los musulmanes construyeron la Alcazaba y las murallas de la Ronda del Castillo, obligando ahora al cauce a chocar contra los muros para evitar la erosión.De este modo se confirmaría el trazado original perfectamente rectangular, con la ratio 2:3(600 x 400 m.) que conformaría una ciudad de 24 Has. en la que se incluirían los barrios de Santa Leocadia y San Martín, y una parte hoy desaparecida por el empuje de las aguas al Su-reste.

 Aunque este esquema teórico pudo ser alterado en parte, es raro que su perfección responda a la casualidad.Hoy es de gran interés constatar la prolongación del asentamiento romano en las esquinas Noreste y Noroeste, barrios de Santa Leocadia y San Martín, a fin de comprobar si el primer asentamiento romano se ceñía al recinto de los muros tardíos o, por el contrario, al rectángulo teórico ideal.

La existencia de un barrio extramuros está documentada por numerosas evidencias, desderestos de construcción, hasta numerosos fragmentos de cerámicas romanas, pero sin duda, elelemento más llamativo son los restos del alfar de terra sigillata hispánica de Talavera de laReina, cuya tradición alfarera se remonta de este modo 2000 años atrás. A pesar de que losdescubridores del punzón con la marca de la oficina del alfarero Calvino: OF CALVINUS PR (Juan, 1983:166) quieren ubicar el alfar intramuros, esa era una costumbre que iba contra lasleyes romanas, pues al igual que en nuestros tiempos, los alfares y tejeras se ubicaban en lasafueras:

Fliginas teglarias maioren tegularum CCC tegulariumque in oppido colonia Iulia ne quishabeto. Los alfares y tejares de más de 300 tejas no pueden estar dentro de la ciudad de la colonia Julia.

Estos suburbia son tan comunes en las ciudades romanas como los arrabales, en las medie-vales. Ya San Isidoro consideraba la regla antes que la excepción, la existencia de suburbia (Etym. XV, II) o arrabales extramuros de las ciudades. 

En su tiempo, se agrupaban en torno a una basílica o monasterio, como fue el caso de la emeritense Santa Eulalia, y pudo serlo en Talavera el conjunto de iglesias que la tradición heredó ubicadas en la Plaza de San Esteban.De hecho, este Arrabal Viejo conserva la orientación urbana de la ciudad romana del Primer Recinto, ceñido al exterior por el Paseo del Padre Juan de Mariana. 

Prolongando el Decumano Máximo desde la Puerta de Mérida, se llega a través del Puente Moris a la Plaza de San Esteban. Allí la disposición de las tres parroquias: San Andrés, San Esteban y Santiago el Viejo, se adapta al anterior urbanismo romano. Otros arrabales o suburbios tardo-antiguos debieron existir extramuros, en torno o basílicas como la de Santa Leocadia, a imagen de su homónima Toledana, donde se enterraban los prelados y se celebraban los concilios toledanos visigodos.

El Decumano Máximo del esquema urbanístico romano, arrancando de la Puerta de Mérida,atravesaría la Plaza del Pan hacia la Plaza del Cardenal Tenorio. Junto a la Puerta de Mérida,la antigua parroquia de San Clemente conservaba la disposición de 354º, determinando asi-mismo la dirección del callejón de la Lechuga. Algo similar ocurría con la antigua parroquiade San Pedro, cuya orientación coincidía con la romana. Al llegar a la Colegial, se unen de nuevo las direcciones con relación al claustro y los muros de esta primitiva iglesia.

El Decumano Máximo saldría del recinto amurallado por el Huerto de San Agustín, a través de una puerta que las obras musulmanas de la Alcazaba debieron destruir, y por esa razón no se cita en ninguna de las fuentes Modernas que hablan sobre el recinto de Talavera, o lo hace como Puerta de la Alcazaba.Esta debió ser la entrada desde Toledo y Zaragoza, y junto ella se disponía el cementerio principal de la calle Carnicerías, cuyos restos quedan esparcidos entre los epígrafes de las murallas, al tiempo que algunas de las tumbas, tardías y Altoimperiales, fueron halladas hace años.

Esta calle principal corre paralela 200 m. más al Sur de la Calzada que pasaba por la Corredera. La salida continuaba lamiendo el primitivo cauce del Tajo 200 m. al Sur de la ermita del Prado y en algún momento se uniría a la calzada principal que discurría hacia el Puente del Alberche.Esta orientación del eje principal Este-Oeste, se conservó en los recintos amurallados medievales mediante los topónimos calle o puerta del Sol. 

http://www.academia.edu/3281200/Talavera_de_la_Reina_en_la_Antig%C3%BCedad
Esta característica predominante del urbanismo talaverano se refleja en todos los planos dela ciudad. En el siglo XVIII aparece como una verdadera recta, que se va matizando a comienzos del XIX, pero que conserva su trazado casi rectilíneo hasta los planos más modernos. Pero no todos los planos son un reflejo fiel de la disposición urbanística; antes de la modernas técnicas de medición y reconstitución fotogramétrica, los condicionantes ideológicos jugaban un gran papel.

Buen ejemplo lo constituye un plano anónimo del siglo XVIII, donde los preceptos racionalistas de la Ilustración se plasman en el dibujo de una retícula urbana ortogonal.

Allí se añade otro eje Norte-Sur desde la puerta de Zamora por la calle de Mesones a la plazadel Comercio, y por la antigua calle Empedrada y Arco de San Pedro a la puerta del Río.Realizando una comparación manzana por manzana, se pueden comprobar los "sesgos" del plano antiguo. Un trazado igualmente rectilíneo tiene el croquis que realizó el párroco de San-ta Leocadia en 1854. Las murallas de la parte del Tajo, hoy desaparecidas, se pueden observar en el magnífico grabado de Antón del siglo XVI, y el de un sello del siglo XIV

además delas fotografías de finales del siglo pasado y comienzos de nuestro siglo, y un plano del paseode los álamos de 1830.Los planos históricos se complementan con las fotografías aéreas: el vuelo americano de1956 a escala 1:33.000, y los más modernos a escalas 1:18.000 Y 1:5.000. En todos se apreciala evolución urbanística de la ciudad hasta conformar el cuadrado con los tres recintos amura-llados, partiendo del cuarto Suroeste, que se corresponde con el Primer Recinto. Este cuadran-te se delimita al Norte por el camino de Extremadura (calle Corredera), al Sur por el río Tajo,al Oeste por el arroyo de la Portiña y al Este por una vaguada: calle Carnicerías

De acuerdo a varios autores del siglo pasado, se puede estimar una media de población en Talavera del siglo XV al XIX en torno a los 6.000 habitantes, aunque con fuertes oscilaciones.El promedio de casas oscila de 1500 a 2000, distribuidas en 8 calles principales, 7 plazas, 10 edificios públicos, 6 palacios, 13 conventos y 8 parroquias (Suárez, 1982).

Este espacio urbano comprende una superficie actual en torno a las 75 Has., divididas tradicionalmente en 3 barrios: La Villa, con 18 Has., Arrabal Nuevo dividido en dos bloques con 41 Has. y Arrabal Viejo con 16.El Arroyo de la Portiña divide el Arrabal Viejo del resto de la población, tenía varios puen-tes que lo cruzaban: Moris, Pópulo, Nuevo. Al Este corre el arroyo Papacochinos, que antiguamente pasaba lamiendo los muros de la cara Sur de la Alcazaba y desembocaba en el Tajo junto a unos molinos, en el arranque del Puente Viejo. Tenía dos puentes, en la esquina de la Ronda del Cañillo con Carnicerías y en Cabeza del Moro.

 Esta zona ha sufrido muchos cambios en los últimos siglos. La topografía de la ciudad, nos muestra la existencia de un pequeño arroyo en la calle Carnicerías que se juntaba con el Papa cochinos en su desembocadura en el Tajo. Probablemente, la presa descubierta junto al antiguo puente Viejo servía para coger las aguas del río en este punto de la desembocadura de los arroyos, y pudiera encauzarse hacia el foso de la Alcazaba, como mencionan las fuentes musulmanas (Moraleda y Pacheco, 1991)

Para cubrir el foso de la Alcazaba sólo se necesitaba subir 2 m. el nivel de las aguas. Las altu-ras topográficas del primer recinto amurallado oscilan de 376 m. en San Clemente a 370 en laPuerta del Río, valores prácticamente imperceptibles.A Talavera se accede por el Camino Real de Madrid cruzando el puente sobre el Alberchede 290 m de largo y 4,5 m de ancho. Tras él, sendos puentes de ladrillo sirven para atravesar los arroyos Cordera y Papacochinos. 

La parte Norte del Primer Recinto Amurallado de Tala-vera es como una pared de este camino, que sale de la urbe por el puente del Pópulo, en la Ca-lle Real, de clara etimología romana, de 52 m. de largo y 4,5 m de ancho.

A su paso por la actual calle de la Corredera del Cristo, la dirección del camino, también dictada por la propia topografía, se aleja 6˚ de los puntos cardinales Este -Oeste: 84º-174º.Como si de piezas de un rompecabezas se tratara, los estructuras que han ido apareciendo en las distintas excavaciones realizadas en los últimos años, vienen a confirmar esta dirección predominante dictada por la vía romana, luego Camino Real de Extremadura.

Vía y ciudad nacen al tiempo, como un todo conjunto. Con los datos generales de un urbanismo orientado a los puntos cardinales en la Ronda del Castillo 16, Mangas y Carrobles (1992:113) elaboraron un esquema general siguiendo las líneas del urbanismo actual, en el mismo sentido que lo su-pusiera R. Villa, con una orientación de 6º-10º, proyectando un decumano desde la Puerta de Mérida a la Puerta del Río, guiados por la disposición de la manzana donde hoy se ubica el Ayuntamiento. 

Sin embargo, no es esa la dirección de las estructuras romanas descubiertas en Talavera; por su parte, la manzana del Ayuntamiento es moderna, al igual que la calle Adalid Meneses. La topografía, el urbanismo romano y el desarrollo histórico de la ciudad, nos ayudan a establecer el primitivo recinto romano. Las evidencias de la Puerta de Mérida y la existencia dellímite natural en el Arroyo de la Portiña, así como el mismo río Tajo, delimitan sin lugar adudas el recinto en esos lados.

 La supuesta calzada que se corresponde con el camino Real de Extremadura (Corredera) delimita el recinto al Norte.El Primer Recinto Amurallado de Talavera tiene un perímetro de 1500 m. aproximadamente y cierra una superficie de 14,5 Ha. Si comparamos el plano de este Primer Recinto con el de otras ciudades romanas observamos las tremendas semejanzas que se obtienen, tanto de la fi-gura de sus perímetros, como de su disposición en relación a los ríos. Mérida tenía en el momento de su fundación 26 Ha., León 19 Ha., Astorga y Lugo tienen valores similares.

Asimismo la forma de los recintos es preferentemente poligonal. Aunque en casos como Astorga, Londres o León, la forma se derive de un rectángulo, los recintos tienden a cerrarse en círculo y configuran los típicos recintos poligonales, de los que tan buenos ejemplos existen en las ciudades tardías del Limes del Rhin (Richmond, 1931). Talavera es una de ellas, aunque no la única. Casi como un calco de la disposición de la romana Caesaróbriga, se ubica en torno el Duero el plano de la ciudad romana de Salamanca. 

No obstante, Salamanca no se orienta como Talavera, sino como Mérida 35º. Allí al igual que en Mérida y Astorga, entre otras, el puente parece continuación del urbanismo, lo quehizo suponer que la dirección de los puentes determinaría la de la retícula urbana (Alvarez,1981; Abascal y Espinosa, 1989:52ss). Sin embargo, esto está en contradicción con las costumbres romanas, costumbres de arraigado valor religioso.

El puente se adecua naturalmente al urbanismo, pero las condiciones de los ríos predominan sobre cualquiera otras, de modo que si el puente ha de tomar otra dirección así lo hará. Es el caso de Londres, de Zaragoza, de Coria, de Talavera, etc.

A pesar de que no todos los autores están de acuerdo con respecto a la romanidad del Puente Viejo de Talavera de la Reina (Mangas y Carrobles, 1992; Suearez, 1992), creemos que las pruebas que aportan Moraleda y Pacheco (1991) son de mucho peso.

La dirección del puente estaría marcada en principio por la orientación de la ciudad, pero el paso del río se debió efectuar por una dirección en la que las corrientes, las islas en su cauce, etc., jugarían sin duda un papel primordial. No dudamos que de haberse podido practicar de acuerdo al eje Norte-Sur,así lo habrían realizado los ingenieros romanos. A la hora de reconstruir el perímetro de la ciudad romana de Talavera de la Reina, los restos conservados de las murallas son de gran importancia, pero han de ser tomados con precaución con relación al perímetro de la ciudad romana.

Como hemos tenido oportunidad de ver, las estructuras romanas no se adecuan en todas las zonas al perímetro de las murallas actuales. Si analizamos en su conjunto el plano del Primer Recinto, se observa una estructura perfectamente regular y planificada. Proyectando el Decumano Máximo desde la Puerta de Mérida hasta la Alcazaba tenemos una longitud de 600 m.

Desde la mitad de este Decumano hasta el borde Norte hay 200 m. Prolongando esta distancia al Sur, tenemos un cruz que se inscribe en un rectángulo. Este rectángulo de ratio 2:3 tiene un perímetro de 2000 m. y una superficie de 24 Has. 

Esta figura es sospechosamente similar al plano teórico del trazado de un gromático, y por tanto de la fundación de una ciudad romana.Las murallas actuales, se adaptan milimétricamente a la topografía. Si examinamos su perfilen el lado Oeste, vemos como recortan el rectángulo original dejando dos triángulos de 300 mde base por 150 m. de altura, y 160 m de base por 60 m. de altura, respectivamente.

Otras figuras geométricas pueden trazarse en este esquema para dar idea de su simetría, porque efectivamente, los triángulos descritos se descubren también en el lado Este. Para trazar el triángulo menor, al Sureste, debemos extender el recinto hasta parte del espacio que hoy ocupa el río,de este modo la figura es perfecta. La calzada ciñe el recinto al N. como una exacta prolongación del mismo.La simetría del modelo se rompe al Sureste por la disposición de 3 elementos que se hallan íntimamente relacionados: Alcazaba, Puente y Puerta del Río. 

Estos elementos llamaron la atención de Martínez Lillo al ser un esquema que se repite en otros recintos murados musulmanes como el de Mérida. Se trata de una verdadera fortaleza que defiende el puente, al tiempo que controla la presa y el sistema de llenado de agua de los fosos del Alcázar (1989-90).

Esta disposición es de especial interés, ya que la muralla Sur de la Alcazaba y su prolongación más allá del puente forma un ángulo recto con éste.

La Alcazaba y su esquema de orientación en ángulo recto al Puente Viejo, son precisamente los elementos, junto con el mismo puente, que peor encajan en el supuesto esquema urbanístico romano.

Es muy probable que la construcción o reforma que cita Al-Razí afectara especialmente aesta zona, pues dice que construyeron un alcázar que separó los príncipes, de la población. En la actuación de la Puerta de la Alcazaba, se pudo comprobar como en los cimientos de las mu-rallas y la puerta había grandes bloques de molduras romanas reutilizadas. Esta reforma musulmana pudo alterar de forma más drástica este sector que otros lugares de la ciudad.

En todo caso, no parece casual el ángulo recto que forma el trazado antiguo del Puente Viejo y los mu-ros de la Alcazaba.Aunque en este siglo se echaron toneladas de escombros sobre las murallas para formar la Ronda del Castilloo, antiguamente las murallas no corrían al borde del Tajo.

En la vista de Antón se aprecia un lengua de tierra entre éste y los muros, así como una coracha a la altura delo que hoy es el Puente de Hierro, lo cual indica que hubo una franja de tierra entre el río y la muralla. Entre los muros de la Alcazaba y el Tajo, corre el arroyo Papa cochinos, al que se une el Cordera en la esquina SE. del Segundo Recinto.

Allí, en la Cabeza del Moro había un puen-te de tres ojos para salvar el cauce de estos dos arroyos, y otro puente de dos ojos junto a la Alcazaba, al final de la actual calle de Carnicerías.Entre las murallas del Primer y Segundo Recinto existía una lengua de tierra hasta este arroyo, y otra entre el arroyo y el río. Este arroyo desembocaba en el Tajo frente al Huerto de San Agustín. 

En su margen izquierda tenía varios árboles de fronda, algunos de ellos todavíase podían ver en las fotos de los años 30, cuando ya la desembocadura de este arroyo se habíaconvertido en una explanada.Todo ello hace suponer que la ciudad romana original se pudo extender algo más al Sur,llenando el ángulo que hoy cubre el río, esquina que falta para completar la ocupación del es-quema geométrico ideal. 

Es en esta parte del Sureste donde las presiones del río han sido más fuertes, debido a la curva que se ha ido formando a lo largo de los siglos, y que poco a poco  socavó esta esquina hasta que los musulmanes construyeron la Alcazaba y las murallas de la Ronda del Castillo, obligando ahora al cauce a chocar contra los muros para evitar la erosión.De este modo se confirmaría el trazado original perfectamente rectangular, con la ratio 2:3(600 x 400 m.) que conformaría una ciudad de 24 Has. en la que se incluirían los barrios de Santa Leocadia y San Martín, y una parte hoy desaparecida por el empuje de las aguas al Su-reste.

 Aunque este esquema teórico pudo ser alterado en parte, es raro que su perfección responda a la casualidad.Hoy es de gran interés constatar la prolongación del asentamiento romano en las esquinas Noreste y Noroeste, barrios de Santa Leocadia y San Martín, a fin de comprobar si el primer asentamiento romano se ceñía al recinto de los muros tardíos o, por el contrario, al rectángulo teórico ideal.

La existencia de un barrio extramuros está documentada por numerosas evidencias, desde restos de construcción, hasta numerosos fragmentos de cerámicas romanas, pero sin duda, el elemento más llamativo son los restos del alfar de terra sigillata hispánica de Talavera de laReina, cuya tradición alfarera se remonta de este modo 2000 años atrás. A pesar de que los descubridores del punzón con la marca de la oficina del alfarero Calvino: OF CALVINUS PR (Juan, 1983:166) quieren ubicar el alfar intramuros, esa era una costumbre que iba contra las leyes romanas, pues al igual que en nuestros tiempos, los alfares y tejeras se ubicaban en las afueras:

Fliginas teglarias maioren tegularum CCC tegulariumque in oppido colonia Iulia ne quishabeto. Los alfares y tejares de más de 300 tejas no pueden estar dentro de la ciudad de la colonia Julia.

Estos suburbia son tan comunes en las ciudades romanas como los arrabales, en las medie-vales. Ya San Isidoro consideraba la regla antes que la excepción, la existencia de suburbia (Etym. XV, II) o arrabales extramuros de las ciudades. 

En su tiempo, se agrupaban en torno a una basílica o monasterio, como fue el caso de la emeritense Santa Eulalia, y pudo serlo en Talavera el conjunto de iglesias que la tradición heredó ubicadas en la Plaza de San Esteban.De hecho, este Arrabal Viejo conserva la orientación urbana de la ciudad romana del Primer Recinto, ceñido al exterior por el Paseo del Padre Juan de Mariana. 

Prolongando el Decumano Máximo desde la Puerta de Mérida, se llega a través del Puente Moris a la Plaza de San Esteban. Allí la disposición de las tres parroquias: San Andrés, San Esteban y Santiago el Viejo, se adapta al anterior urbanismo romano. Otros arrabales o suburbios tardo-antiguos debieron existir extramuros, en torno o basílicas como la de Santa Leocadia, a imagen de su homónima Toledana, donde se enterraban los prelados y se celebraban los concilios toledanos visigodos.

El Decumano Máximo del esquema urbanístico romano, arrancando de la Puerta de Mérida,atravesaría la Plaza del Pan hacia la Plaza del Cardenal Tenorio. Junto a la Puerta de Mérida,la antigua parroquia de San Clemente conservaba la disposición de 354º, determinando asi-mismo la dirección del callejón de la Lechuga. Algo similar ocurría con la antigua parroquiade San Pedro, cuya orientación coincidía con la romana. Al llegar a la Colegial, se unen de nuevo las direcciones con relación al claustro y los muros de esta primitiva iglesia.

El Decumano Máximo saldría del recinto amurallado por el Huerto de San Agustín, a través de una puerta que las obras musulmanas de la Alcazaba debieron destruir, y por esa razón no se cita en ninguna de las fuentes Modernas que hablan sobre el recinto de Talavera, o lo hace como Puerta de la Alcazaba.Esta debió ser la entrada desde Toledo y Zaragoza, y junto ella se disponía el cementerio principal de la calle Carnicerías, cuyos restos quedan esparcidos entre los epígrafes de las murallas, al tiempo que algunas de las tumbas, tardías y Altoimperiales, fueron halladas hace años.

Esta calle principal corre paralela 200 m. más al Sur de la Calzada que pasaba por la Corredera. La salida continuaba lamiendo el primitivo cauce del Tajo 200 m. al Sur de la ermita del Prado y en algún momento se uniría a la calzada principal que discurría hacia el Puente del Alberche.Esta orientación del eje principal Este-Oeste, se conservó en los recintos amurallados medievales mediante los topónimos calle o puerta del Sol. 

http://www.academia.edu/3281200/Talavera_de_la_Reina_en_la_Antig%C3%BCedad
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