lunes, 13 de abril de 2015

El Caballero de la Mano en el Pecho, ¿era el Marqués de Montemayor?

Es uno de los retratos españoles más conocidos en el mundo. Un caballero con la mano en el pecho mira al espectador como si hiciese un pacto con él. La postura de la mano parece un gesto de juramento

Este hombre está vestido de forma fina y elegante y porta una espada dorada. De oro es también el medallón con cadena que lleva. En su tiempo se convirtió en la representación clásica y honorable del español del Siglo de Oro.

Este cuadro nos muestra un caballero contemporáneo de El Greco, un hidalgo del siglo XVI, retratado por Domenicos Theotocopoulos de una manera realista y delicada. Podemos recrearnos con la finura de su vestimenta, alzacuellos y puño de cuidada factura y la maravilla de orfebrería de la empuñadura de su espada y el colgante de oro. 

Eran realmente elegantes en aquella época los nobles, sólo ellos tenían derecho a portar armas y solían vestir casacas y chaquetas de piel o de ante, se adornaban con joyas diversas y , al igual que puedes ver aquí, el cuello y los puños se realzaban con puntillas blanquísimas y almidonadas, que contrastaban con el negro del resto del traje. 

Almidonar costaba carísimo en la época pero los españoles de entonces preferían gastarse el dinero en su aspecto externo que en otras cosas como comida o casa. La dignidad del caballero castellano era lo primero.



Su rostro es serio y severo, mostrándose distante y poco comunicativo. No le apreciamos gestos de complicidad o que permitan exteriorizar sus sentimientos. Serio y formal se presenta ante nosotros poniéndose la mano derecha sobre el pecho, con los dedos anular y corazón juntos, lo que produce un efecto estético de delicadeza y sensibilidad. Nuestro amigo, de mediana edad, tiene barba y bigote y profundas entradas en la frente.

Es uno de los primeros retratos de El Greco y, sin duda, el más famoso de todos los que hizo de la nobleza toledana contemporánea. Siempre ha sido considerado como el prototipo de "lo español", el típico hidalgo.

Sobre su identidad no estamos seguros. Lo que se ve claramente es una tara física grave en el hombro izquierdo, que se encuentra desprendido. Se ha llegado a pensar que se trataba del propio Miguel de Cervantes, el famoso autor de El Quijote por su deformidad en el hombro y brazo izquierdo (Cervantes fue herido en la batallla de Lepanto, 1571, y apodado por eso “el manco de Lepanto”). 

Una de las identidades que durante mayor tiempo han acompañado al Caballero de la Mano en el Pecho, el anónimo personaje de la alta sociedad toledana representado por El Greco, ha sido precisamente la de Juan de Silva, uno de los primeros marqueses de Montemayor.

Más probable parece que sea D. Juan de Silva, marqués de Montemayor, quien, en la batalla de Alcazarquivir (1578) recibió un arcabuzazo que le dejó el brazo inhábil. Sea como fuere, el caballero está prestando juramento de algún cargo, dada la postura de la mano y la espada (utilizada como elemento ceremonial).

Era miembro de una antigua familia de origen portugués que había desempeñado importantes responsabilidades en la Corona de Castilla desde finales de la Edad Media. 

No en vano, el supuesto retratado por El Greco ocupaba cuando éste pudo representarlo el cargo de protonotario mayor de Toledo y alcaide de su Alcázar. 

La historiografía artística ha relacionado los defectos físicos en el brazo izquierdo del personaje -motivo que llevó durante muchos años a identificarlo con Cervantes- con las heridas a consecuencia de un arcabuzazo que el propio Juan de Silva recibió durante la Batalla de Alcazarquivir, en 1578.

http://www.latribunadetoledo.es/noticia.cfm/Vivir/20100216/muchos/due%C3%B1os/unico/palacio/D333D90C-1A64-968D-5941E2C9C4F17EE4

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