sábado, 11 de abril de 2015

Arte escultórico en el Coro de la Catedral de Toledo

El espacio actual del Coro quedó circunscrito por los paramentos góticos, levantados en la segunda mitad del s. XIV, bajo el pontificado de D. Pedro Tenorio. Se organiza en una arquería lobulada sobre columnas marmóreas. En el segundo piso se representan escenas bíblicas bajo doseletes trepados. 

Tanto los laterales como el transcoro incluyen capillitas, que destruyen el ritmo. En el transcoro quedan tres: 

La Virgen de la Estrella en el centro, de piedra pintada y dorada, de autor desconocido. En lo alto del muro el gran medallón del Padre Eterno, con cuatro evangelistas, obra de Berruguete, y en los flancos las estatuas de la Inocencia y la Culpa, de N. de Vergara, el Viejo.

La capilla de la izquierda es conocida como del Cristo Tendido, y la de la derecha como de Santa Catalina. 



También se rompió la armonía de los laterales por cuatro altares de mármol adosados, en sustitución de antiguas capillitas. Sobre ellos en el lado izquierdo las estatuas de san Esteban y san Miguel Arcángel, y en el lado derecho las de santa Isabel de Hungría y la Magdalena. Las labró M. Salvatierra en 1792. 

Ya en el interior del Coro, durante el pontificado de Mendoza, Mateo Alemán trazó el Coro tal como está, y labró también los respaldos de la sillería baja. Concluyó su trabajo en 1495. En esas obras fueron retirados los sepulcros de tres arzobispos medievales, sepultados en ese recinto, y ya no volverán a reponerse en dicho lugar. 

Los 54 tableros tallados, cuatro más que sillas hay en el Coro bajo, reproducen la toma de otras tantas ciudades del reino nazarí de Granada, entre 1483 y 1492, la mayoría identificables. Su importancia desborda el ámbito de lo escultórico para interesar también la historia del armamento, indumentaria, etc. 

La sillería alta, sacada a concurso público por el cabildo, fue adjudicada en enero de 1539 al español A. Berruguete y al borgo- ñón F. Vigarni. Realizaron su obra en poco más de tres años; pero el francés murió en 1543, meses antes de rematarla. Se distribuyeron los 72 sitiales del Coro alto. 

A Vigarni le correspondieron los 36 del lado del Evangelio (derecha al entrar) más la silla del Arzobispo. A Berruguete los 36 del otro lado; pero al morir Vigarni, también la silla arzobispal. Es admirable el conjunto de figuras bíblicas y hagiográficas esculpidas en reducidos tableros de nogal, como respaldos de las sillas corales. Dos estilos contemporáneos y tan diferentes: Vigarni, de gusto clásico, sereno. Berruguete, atormentado, violento, trasunto de Miguel Angel.

En el centro del Coro es de admirar el gran facistol de traza gótica (s. XV), para el que labró en 1646 V. Salinas el actual águila de bronce dorado. Pero resaltan aún más los dos atriles renacentistas de bronce dorado, obra de Nicolás de Vergara «el Viejo», con la ayuda de su hijo llamado «el Mozo» (1570)

JAIME COLOMINA TORNER
Fuente: http://www.realacademiatoledo.es/files/toletum/0048/02.pdf

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