domingo, 27 de abril de 2014

El Damasquinado de Toledo

Historia

Esta artesanía se viene realizando desde épocas muy antiguas y en muy diversas partes del mundo. 

Hay constancia de que se realizó en el Antiguo Egipto, en Grecia y en Roma, así como en China y Japón (suminagashi), donde ha sido utilizada para adornar las guarniciones del katana, particularmente tsuba. 

Es conocida como zougan en japonés, ha desarrollado su propio subconjunto de términos para describir los patrones particulares.

 El shippou-zougan es una técnica que esmalta las piezas y ya se aparta del damasquinado. Se conocen piezas con más de 1500 años de antigüedad. Los griegos atribuían su invención a Glauco de Chíos. En la península Ibéricafue introducido por los árabes. En España, hay dos centros de producción de productos damasquinados: Éibar y Toledo.

Esta clase de ornamentación, aplicable a toda clase de objetos artísticos, incrustando labores de oro o plata en un metal más común, como el hierro pavonado, el acero o el cobre, se practicó desde muy antiguo entre los egipcios, los griegos y los romanos.

Adquirió gran desarrollo en Oriente desde que el Imperio Romano se trasladó a Bizancio, siendo originarias de Damasco, las mejores piezas que llegaban de Europa, por lo que este arte tomó el nombre de Damasquinado, aunque más propio es el de 'Ataujía' con el que también se designó. 

El damasquinado en Toledo

En Toledo se ha desarrollado una muy importante industria de esta artesanía más conocida como Oro de Toledo.1 Sirve como seña identificativa de la ciudad. La producción ha dejado de ser artesanal para pasar a industrializarse dado el nivel de producción que se realiza y se comercia. La industria del damasquinado toledana, que también se ha unido a su industria armera, en este caso de arma blanca, suministra esta arte a todas las tiendas de la España en donde se vende como suvenir. Todavía se mantiene talleres artesanos que realizan piezas de gran calidad.

Técnica

Mesa de trabajo de un damasquinador.

La primitiva técnica del picado a punceta, donde mediante el golpeo de una punceta se realizaba un fino picado romboidal en el que, una vez realizado el dibujo a grabar, se introducía el hilo de oro o plata dio paso al estriado a cuchilla en el que los surcos se abren mediante una fina y alfilada cuchilla.

Después de la realización de los surcos se introduce el hilo mediante un punzón de base plana que se golpea con un pequeño martillo ligero y de boca ancha.

La pieza a damasquinar se adhiere a un taco de madera mediante lacre y este taco de agarra a un tornillo de bola que descansa en un triángulo de madera pudiendo, de esta forma, ponerse en cualquier posición que se precise.

Por todo el mundo se imitaron las labores del damasquinado. A este resurgimiento de un arte olvidado en Occidente, contribuyó en primer lugar el lujo desplegado en las armaduras en toda Europa desde finales del siglo XV: suntuosos arneses de Carlos I y Felipe II.

Según fueron evolucionando las armas de fuego, el damasquinado perdió importancia, quedando reducido a un accesorio de la orfebrería y la joyería.


Toledo es en la actualidad el mayor foco de producción de damasquinado del mundo, y donde se ejecutan la mayor diversidad de piezas. Se siguen realizando labores de estilo Mudéjar, Renacimiento y algunas nuevas como las denominadas 'vistas'.

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